2023: ¿El año del liderazgo y emprendimiento femenino?

Karina von Baer, gerente general de Empresas Agrotop; Josefa Cortés, fundadora de Palpa; Trinidad Carmona, directora de marketing de Drillco; y Ximena Navarro, socia fundadora, gerente de I+D+i de Bioled, y Pamela Chávez, CEO de Domolif, son algunos ejemplos de mujeres que han sido destacadas por sus emprendimientos de alto impacto. Durante años han demostrado empuje, talento, creatividad y un genuino compromiso hacia el desarrollo del país desde diversos sectores productivos e industrias. Son empoderadas que han logrado materializar sus proyectos e iniciativas desde la innovación, la sostenibilidad y la creación de equipos multidisciplinarios.

Pero para llegar a este listado han pasado muchas décadas que datan de los primeros años del patriarcado chileno, desde una idiosincrasia usualmente masculina que además se inscribe en una cultura latinoamericana en la que predominan los sesgos hacia las mujeres, teniendo como ejemplos su poca participación en directorios y en puestos de liderazgo. Según un estudio de 2020 del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, la participación femenina en cargos de gerencia fue de 21%. En cuanto a cargos en directorios la cifra disminuye a apenas 10,5%.  

En la actualidad, afortunadamente, podemos apreciar avances. El Reporte Sobre Emprendimiento Femenino: Prosperar en Medio de la Crisis 2020/21, elaborado por Monitor Global de Emprendimiento, señaló que Latinoamérica cuenta con una de las tasas más altas de participación de las mujeres en la actividad empresarial, destacando su presencia en el sector manufacturero y de transporte. Por otra parte, la pandemia fue un estímulo clave para las emprendedoras, invitándolas a innovar e incluso reinventarse, surgiendo así múltiples proyectos que generan impacto a nivel social y económico.

Por ello, este 2023 tenemos importantes retos que no debemos dejar pasar. Para seguir potenciando emprendedoras es necesario impulsar iniciativas en materia de capacitación, educación continua y competitividad. Pero también, requerimos que más mujeres se movilicen y se motiven a emprender en este proceso. Porque el talento y las habilidades existen en nuestro país. Las mujeres podemos brindar visiones innovadoras, somos multidisciplinarias y tenemos gran capacidad de hacer alianzas y entablar relaciones humanas, tanto dentro de la empresa como con proveedores, clientes, etc. Además, hemos hecho posible nuevos espacios de trabajo y liderazgo, que destacan por ser mucho más inclusivos. Una diversidad en las relaciones que es trascendental para cualquier entorno que busca desarrollarse y crecer.

Nuestro objetivo y propósito como ecosistema debe enfocarse en seguir abriendo caminos para mejorar la participación de las mujeres en la economía; robustecer aquellos emprendimientos que han surgido; y brindar nuevas herramientas para aquellas scaleups que han logrado sostener sus negocios en el tiempo.

Apoyar e invertir en más emprendedoras y empresarias generará sociedades más equitativas y un mayor crecimiento económico.