Acuerdo Transpacífico: contenidos y legitimidad ciudadana
Es sabido que la región del Asia Pacífico se ha convertido en el principal motor de la economía mundial...
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Es sabido que la región del Asia Pacífico se ha convertido en el principal motor de la economía mundial. Un estudio reciente de la OCDE sugiere que hacia 2030 dos tercios de la población mundial de clase media habitará en Asia. Este extraordinario dinamismo queda especialmente en evidencia hoy, cuando tanto Estados Unidos como especialmente Europa enfrentan la perspectiva de varios años de bajo crecimiento y alto desempleo.
Hoy estamos cosechando los frutos de una política de Estado visionaria y consistente. Esto nos permitió ser miembros del APEC, porque se entendió que Asia Pacífico sería central para nuestro futuro. No fue fácil, pero lo logramos. En estos momentos la principal negociación comercial en que participa Chile es el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP). Como proyecto, el TPP es una gran idea, casi una consecuencia natural de nuestra inserción en el Asia Pacifico. Lo central para evaluar sus méritos es determinar el contenido de las negociaciones.
En los contenidos, aún no parecen evidentes los beneficios netos para Chile. De hecho, ya tenemos TLC con todos los actuales participantes en el TPP, y con todos los aspirantes más inmediatos a ingresar. Obviamente, si el TPP nos permitiera unir todos esos acuerdos en una sola gran área de libre comercio, esto traería beneficios importantes para Chile. Por ejemplo, nuestros empresarios podrían incorporar insumos provenientes de Malasia o Vietnam en los productos que exportamos a EEUU, sin perder la condición de productos originarios de Chile y, por lo tanto, las preferencias arancelarias. Pero hoy no parece claro cómo ni cuándo se concretaría esa posibilidad. Por otro lado, nos enfrentamos con una perspectiva cierta de asumir compromisos en propiedad intelectual que excederán a los que negociamos en nuestro TLC bilateral con EEUU. Esto no es trivial, ya que impactará en nuestra autonomía para conducir las políticas públicas en áreas como salud, educación e innovación.
Las transformaciones que están ocurriendo en la sociedad chilena en los últimos años, con una ciudadanía mucho más informada y empoderada, nos obligan a un esfuerzo mucho mayor de transparencia y de debate público sobre lo que está en juego en las negociaciones comerciales. En este contexto, el vasto alcance y repercusiones potenciales del TPP justifican un debate público mucho más intenso e informado que el que hemos tenido hasta ahora.