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Correr en la dirección correcta

Chile sigue estableciendo récords en lo que a inversión extranjera se refiere. Según el Informe Mundial de Inversiones, publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas, nuestro país se ubicó por primera vez entre los 20 países líderes en recepción de inversión extranjera.

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Chile sigue estableciendo récords en lo que a inversión extranjera se refiere. Según el Informe Mundial de Inversiones, publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas, nuestro país se ubicó por primera vez entre los 20 países líderes en recepción de inversión extranjera.

En el informe 2010, Chile ocupaba el lugar 26 gracias al ingreso de 
US$ 13 mil millones de Inversión Extranjera Directa (IED). Nuestro país figura 19 con ingresos de capital extranjero por más de US$ 15 mil millones, lo que implica un aumento de un 17% respecto del año anterior, más del triple del crecimiento de la IED mundial en el período -que experimentó un alza promedio del 5%-, y superior también al aumento del 13% que registró toda América Latina y el Caribe.

Según el informe, las corrientes de IED hacia América Latina y el Caribe alcanzaron los US$ 159 mil millones. El mayor aumento se registró en América del Sur, donde la IED creció un 56%, alcanzando los US$ 86 mil millones.

Un análisis un poco más detenido de las estadísticas de la zona, muestra que el principal factor de la buena salud de los flujos de IED hacia Latinoamérica está relacionado con el auge de las fusiones y adquisiciones por parte de transnacionales, que pasaron de valores negativos (por la ausencia de inversión en 2009) a US$ 29 mil millones en 2010, la cifra más alta desde 2000. Un dato relevante es que la mayoría de estas adquisiciones fueron realizadas principalmente por compañías chinas, dedicadas a la extracción de petróleo y la transmisión eléctrica. Ninguna de estas operaciones se realizó en Chile, lo que lleva a pensar que claramente nos estamos perdiendo de algo.

Aún cuando existen señales claras de que las empresas asiáticas tienen en su radar a Chile como destino de inversiones, hasta el año pasado (con excepción de Japón), su IED entre 1974 y 2010 a través del D.L. 600 era de sólo 0,2%. Si nos centramos específicamente en China, el porcentaje cae al 0,1%. ¿Estamos haciendo las cosas mal? Sí y no. Sí, porque mientras el resto del mundo apostaba hacia China como principal motor de la economía mundial, y con una política auspiciada por el gobierno chino (llamada “Going Global”), que ya ha hecho que las empresas chinas inviertan en los últimos cinco años US$ 218 mil millones en el extranjero, nosotros teníamos puesta la mirada -en lo que a promoción de inversiones se refiere-, en otras latitudes. Y no, porque Chile sigue siendo un ejemplo en la región, el alumno que se saca las mejores notas. Pero saberse bien las lecciones no siempre significa ser el mejor, así como no sirve ser el más rápido cuando no corres en la dirección correcta.

Desde el año pasado como Comité de Inversiones Extranjeras estamos enfocados en una política de atracción de inversiones asiáticas en general y chinas en particular, que ha sido apoyada por ProChile y Corfo, y que ya tiene cifras positivas para mostrar: en lo que va de este año, tenemos solicitudes de inversión a través del D.L. 600 de dos empresas chinas por US$ 205 millones. Si consideramos que entre 1974 y 2010 la inversión china materializada a través de este mecanismo alcanza sólo US$ 85 millones, estaríamos hablando de un crecimiento de un 141% respecto del total histórico, cuando aún falta para que acabe el año. Gracias al trabajo conjunto y a un foco bien puesto, queremos seguir apostando a ser un “país récord”, para traspasar los beneficios que acompañan a la inversión extranjera: creación de empleos, fomento a la industria auxiliar y transferencia de tecnología, a toda la gente.

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