Desafío energético

Un serio obstáculo para alcanzar el estándar de país desarrollado está dado por el alto costo de la energía eléctrica en Chile. Necesitamos con urgencia más generación eléctrica, de todo tipo, y mejorar el sistema de transmisión. La Carretera Eléctrica podrá ayudar en esto, pero los plazos están ajustados.



Si bien lo indicado es conocido, en el último tiempo esta situación se ha agudizado, derivado de dos factores: a) rechazo de ciertos sectores organizados de la comunidad a nuevo proyectos de generación; y b) judicialización de proyectos. Respecto del primer factor, urge crear conciencia en la ciudadanía de la importancia de nuevos proyectos eléctricos. Nadie quiere tener cerca de sus casas, centrales o líneas de transmisión. Pero todos queremos electricidad en ellas y al menor precio posible. Si queremos tener energía eléctrica segura y más barata, debemos permitir la creación de nuevas centrales de generación y líneas de transmisión. Especialmente, en el sur debemos permitir y facilitar aquellos proyectos en que Chile tiene ventajas naturales, como son los hidroeléctricos. En el norte, proyectos en base a carbón o GNL o de ciclo combinado.

Parte de la “comunidad” rechaza este tipo de proyectos debido a la contaminación visual que producen las líneas. Lo que no se dice es que cualquier proyecto de generación eléctrica, incluso los de ERNC, requiere de las mismas líneas de transmisión. El segundo factor novedoso es el de la judicialización de las resoluciones de calificación ambiental de los proyectos de generación, especialmente vía recurso de protección. Esto no es prudente ni conveniente, considerando que el sistema de evaluación de impacto ambiental está plenamente regulado y permite la participación ciudadana. Con la llegada de Tribunales Ambientales es esperable que estos temas se judicialicen aún más, ya que estos tendrán competencia para conocer las reclamaciones que se interpongan contra las resoluciones que aprueben o rechacen una declaración o estudio de impacto ambiental. Sin embargo, también es esperable que estos tribunales adopten decisiones más técnicas y con mayor conocimiento especializado, en materias que son complejas. El problema es que las decisiones de estos nuevos tribunales serán apelables ante la Corte de Apelaciones competente, y recurribles a la Corte Suprema vía recurso de casación. .

Sería más sensato que las decisiones de los Tribunales Ambientales fueran en única instancia, considerando su carácter de tribunales especializados y colegiados.