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DF Tax | Tributación vs. Crecimiento

Claudio Bustos, socio de Bustos Tax & Legal

Por: Claudio Bustos | Publicado: Jueves 19 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Claudio Bustos

Cuentan que cuando el emperador romano Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes libres del imperio, en el año 212 DC, lo hizo, más que por filantropía, por conseguir que todos los habitantes, siendo ciudadanos, pagaran impuestos por igual a Roma, y es muy probable que esa haya sido su verdadera intención. Eran tiempos en que la única forma de incrementar las arcas fiscales era a través de conquistas bélicas, y la consecuente tributación por parte de los pueblos conquistados.

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En la actualidad, en cambio, sabemos que el crecimiento económico de una nación no depende de la recaudación fiscal, sino más bien, de la actividad económica que emprenden sus ciudadanos. De hecho, es la actividad económica la que permite que los ciudadanos puedan generar ganancias que, a su vez, dan lugar a la obligación de pagar impuestos. Por lo tanto, existe una estrecha relación entre crecimiento económico y tributación.

Es cierto que de ello no se puede concluir, necesariamente, que en todos los casos una menor carga tributaria conduzca a un mayor crecimiento económico, ni que una mayor obligación impositiva desincentive por completo la economía.

Sin embargo, está claro que una política fiscal que pretenda ser al mismo tiempo equitativa y eficiente, debe procurar alcanzar un cierto punto de equilibrio entre la necesidad de financiar el gasto fiscal y, por otro lado, mantener incentivos adecuados a la actividad económica.

En la discusión tributaria de los últimos años en Chile, algunos parecen poner énfasis exclusivamente en la necesidad de una mayor recaudación, pero no en lograr establecer estímulos adecuados para la actividad económica generada en Chile tanto por nacionales como por parte de inversionistas extranjeros. Evidencia de ello es el aumento constante de la tasa del impuesto de Primera Categoría de las empresas en los últimos años, así como el abandono de la integración del sistema tributario.

Acogiendo la invitación que ha formulado el ministro Briones, me parece que es momento de volver a pensar en una carga tributaria no sólo que permita satisfacer necesidades sociales, sino también estimular la economía. Puede parecer complejo o imposible, pero, en realidad, no lo es.

Dejo sólo algunos ejemplos: podrían establecerse beneficios tributarios temporales o permanentes para la inversión en el sector turístico, área en la cual Chile tiene claramente ventajas comparativas.

Una exención de Primera Categoría por algunos años, por ejemplo, para quienes invierten en infraestructura hotelera o turística o en servicios de esta industria, podría ser de gran ayuda para contribuir a diversificar la economía nacional; establecer la depreciación instantánea como beneficio tributario permanente, no tan sólo para PYMEs (como está planteado en el proyecto), sino para todas las empresas que realicen gran inversión a nivel de infraestructura; mayores incentivos tributarios para proyectos de investigación y desarrollo; finalmente, los retiros para invertir, que existían hasta antes de la reforma del 2014, no hay razón para haberlos suprimido, considerando los mecanismos de control existentes en la actualidad, y propenden a flexibilizar el flujo de capitales para la inversión en nuevos negocios. Son sólo ideas, para dar paso a la acción.

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