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Doble click a las últimas cifras de pobreza en Chile

MARÍA EMILIA UNDURRAGA MARIMÓN Ministra de Agricultura

Por: MARÍA EMILIA UNDURRAGA MARIMÓN | Publicado: Jueves 19 de agosto de 2021 a las 04:00 hrs.
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MARÍA EMILIA UNDURRAGA MARIMÓN

Los resultados de la encuesta Casen en pandemia han llamado profundamente la atención por el aumento en los niveles de pobreza en el país, asociado principalmente a la crisis sociosanitaria que nos afecta actualmente.

Desde una mirada general pareciera que el problema radica exclusivamente en las zonas urbanas, donde los niveles de pobreza aumentaron en tres puntos porcentuales en la última medición, mientras que en las zonas rurales, por el contrario, disminuyó de 16,5% a 13,8%. Sin embargo, hay tres elementos que es necesario considerar antes de llegar a esta conclusión.

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Pese a que la pobreza por ingresos en las zonas rurales disminuye, esta sigue siendo superior a los niveles que se registraban en las zonas urbanas hace ocho años. Es decir, existe una brecha histórica e insoslayable en la calidad de vida rural, de la cual debemos hacernos cargo con mayor celeridad y un compromiso transversal.Por otra parte, los ingresos, sobre los que se calcula la pobreza de los hogares, incluyen las transferencias y subsidios que se reciben desde el Estado. En el caso de las zonas rurales, estos subsidios son más del doble que lo que se entregan en las zonas urbanas, lo que da cuenta de la mayor dificultad que tiene la ruralidad para establecer procesos autónomos de inclusión social, en donde la acción del Estado tiene todavía un rol fundamental.

Por último, pese al aumento en las transferencias y subsidios, la pobreza extrema crece más pronunciadamente en las zonas rurales que en las zonas urbanas, alcanzando al 5,7% de la población rural. Esto habla de problemas estructurales en la capacidad de un conjunto significativo de la población rural para acceder a un techo, comida y abrigo, lo que se ha visto agravado por la pandemia, debido a la permanente condición de invisibilidad de esta realidad.

Si bien el aporte a las familias, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), en la actual situación de emergencia es vital, en lo que debemos centrar nuestros esfuerzos y trabajar -en conjunto los actores públicos, privados y de la sociedad civil y apoyando a las autoridades locales- es en generar nuevas condiciones y capacidades de integración social para los habitantes rurales, que transformen el escenario de desventajas socioterritoriales que estos enfrentan y permitan que este espacio de oportunidades pueda desarrollarse en plenitud.

En esta línea, junto al recientemente creado Consejo Asesor Nacional de Desarrollo Rural, seguiremos promoviendo y, desde el Comité de Ministros que tenemos a cargo la Política Nacional de Desarrollo Rural, potenciando, todas aquellas medidas que puedan generar cambios sostenibles de mediano y largo plazo, como son el empleo, las inversiones y, sobre todo, la promoción de la participación, la colaboración y el diálogo.

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