Hacia dónde vamos en el financiamiento PYME
Es sabido que la calidad de la información es uno de los...
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Es sabido que la calidad de la información es uno de los principales elementos que determinan el nivel de acceso y las condiciones a las cuales acceden al financiamiento las empresas. Entre menor sea la información disponible, más acotadas serán las posibilidades de financiamiento. La evidencia empírica es concluyente: las empresas pequeñas financian una proporción mayor de su operación con capital propio y/o retención de utilidades que las grandes empresas.
Respecto al financiamiento ¿contamos con un nivel de acceso adecuado a nivel local? Revisemos algunas cifras. En 2011, cerca de 830.000 deudores comerciales de menor tamaño contaban con préstamos en el sistema financiero. Esta cifra representa cerca de 116.000 deudores más que en enero de 2010. A modo de referencia, en el mercado local existen cerca de 900.000 empresas formales de menor tamaño.
Aunque en términos de cantidad de empresas los resultados parecen favorables, se podría argumentar que la participación en el monto de la deuda que acceden es bajo. Como referencia, la participación de mercado de las pymes en las ventas totales de las empresas locales es de 19%, muy similar a la participación que tienen en el monto de la deuda comercial total del sistema (19%). Si hay consenso en que las empresas grandes tienen un acceso adecuado al sistema financiero, sería difícil de entender que las empresas pequeñas tengan una participación relativa mayor respecto a sus ventas.
Ahora bien, cuando acceden ¿en qué condiciones lo hacen? Sobre los plazos, si los estudios demuestran que las pymes fallan el doble que las empresas grandes en el largo plazo, no es extraño entonces que a las pymes les sea más difícil financiarse a largo plazo, y si acceden lo hagan a costos más altos.
Por otra parte, cabe esperar que la tasa de interés que pagan sea más alta, ya que la morosidad de los créditos es entre 5- 6 veces superior a la del las grandes empresas. Si a esto le agregamos los costos fijos propios del proceso asociado a la entrega de un crédito -que hacen que entre menor sea el monto del crédito, los costos representen un porcentaje mayor de la operación- esto se traduce en una mayor tasa de interés relativa para los créditos pyme.
Los programas de garantía estatal de Corfo y Fogape buscan como primer objetivo que buenos proyectos no queden sin financiamiento por la sola ausencia de garantías. Estos programas avalaron a más de 110.000 operaciones en 2011, esto es 45.000 operaciones más que en 2010.
Siempre es posible avanzar: ¿por qué no aplicar las buenas prácticas que el Sernac Financiero ha exigido a los bancos para con los consumidores, al segmento pymes? También es posible aumentar la intensidad de la competencia en el sistema financiero, donde cuatro bancos concentran cerca del 80% de las colocaciones pymes. De todas formas, además de los esfuerzos de Corfo, la implementación de una medida del programa Impulso Competitivo -que facilita la movilidad de las garantías reales- y el trabajo del Ministerio de Economía para mejorar la información disponible sobre la pyme, apuntan en la dirección correcta.