Una visita corta pero contundente. Este martes aterrizó en Sanhattan el historiador británico, Niall Ferguson, como el invitado estrella de la Conferencia Anual de Bci. Frente a un salón lleno del Hotel W, y en poco más de una hora, el académico hizo un extenso repaso de los hitos y personajes que marcan a la economía global.
En un contexto marcado por la guerra comercial, centró su presentación en la figura del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Pero también tuvo palabras para Chile, donde aseguró haber visto “mucho cambio” en los últimos años.
“Creo que los chilenos coquetearon con la estupidez y vieron las consecuencias. Y ahora estoy bastante seguro de que, a medida que nos acercamos a estas elecciones, Chile va a volver al lado correcto políticamente y se va a centrar en las cosas que siguen siendo fundamentales para una economía como esta”, lanzó.
“El Estado de derecho tiene que existir no solo en el papel, sino también en las calles. Se necesitan fronteras seguras. Se necesitan finanzas públicas estables, una política monetaria estable y normas predecibles que no sean tan complejas que puedan ser eludidas”, dijo Ferguson.
“Me convertí en fan de Milei en cuanto oí hablar de él, porque se acerca mucho más a mis ideales de libre mercado y Estado reducido que otros populistas de nuestro tiempo”.
“Así que creo que estuvieron a punto de ser realmente estúpidos. Por suerte, solo fueron un poco estúpidos. Y ahora pueden volver a ser lo que han sido durante mucho tiempo: la gente más inteligente de esta región. Espero que sigan por ese camino, y espero volver la próxima vez aquí y escuchar que el derecho a ser estúpido ya no se ejerce”, cerró en su presentación.
Posteriormente, en conversación con DF, el historiador ahondó en sus perspectivas para la economía local.
- En este entorno internacional complejo, ¿cómo puede navegar un país pequeño como Chile?
- Es un mundo más peligroso, un mundo de aranceles, un mundo de geopolítica de Guerra Fría, más que un mundo de libre mercado y paz relativa. Por eso, los países más pequeños de todo el mundo están luchando por saber qué hacer.
Creo que la situación es mejor para Chile y, de hecho, para Sudamérica que en la primera Guerra Fría, porque en aquellos días, y no hace falta que lo diga, Chile era un campo de batalla. No creo que sea un campo de batalla en el mismo sentido que la rivalidad entre Estados Unidos y China. Hay algo importante que aprender de lo que vemos en países como Argentina y Brasil. Es importante tratar de mantener las mejores relaciones posibles tanto con China como con Estados Unidos. Se necesita comerciar con China. Eso está claro. Pero también se necesita una buena relación con Estados Unidos. Y creo que ese es el reto.
- Y, en ese sentido, ¿ve cómo un riesgo la posibilidad de tener una Presidenta comunista?
- Es difícil creer, después de todo lo que Chile ha vivido históricamente, que alguien quiera ver a una comunista como Presidenta. Por supuesto, el comunismo ya no es tan poderoso como lo fue en su día. La Unión Soviética ya no existe. Es difícil creer que alguien se tome en serio las ideas de Marx y Engels, pero el hecho de que pueda surgir un candidato así es una señal de lo poco que la izquierda de este país ha aprendido de la historia.
No olvidemos que el comunismo, directa o indirectamente, fue responsable de alrededor de 100 millones de muertes en el siglo XX. Eso fue lo que hizo el comunismo. Por lo tanto, traer de vuelta el comunismo a la política chilena me parece no solo arriesgado, sino imprudente.
“(En el caso de Chile) no es necesario tomar medidas tan drásticas como las que ha tomado Javier Milei en Argentina. Pero hay que darse cuenta de que está haciendo algunas cosas muy buenas”.
- En su presentación señaló que Chile ha cambiado mucho en los últimos seis años. Habló de “estupidez”. ¿Cree que el punto más crítico fue intentar cambiar la Constitución?
- En aquel momento dije que era un error cambiar la Constitución.
América Latina ha tenido más constituciones en los últimos 200 años que cualquier otra parte del mundo. Y cuantas más constituciones, menos estabilidad política. Modificar la Constitución, por supuesto, pero romperla y empezar de nuevo es casi siempre un error.
Así que creo que tenía razón en eso, y me sentí aliviado cuando, al final, los chilenos decidieron no seguir el camino de una reescritura completa de su Constitución.
Creo que hay otras formas en las que Chile necesita corregir el rumbo de su política económica, así como, en mi opinión, en términos simples de ley y orden.
Pero, por supuesto, como extranjero que visita este país, no voy a empezar a dictar lo que debe hacer el próximo Presidente chileno.
Creo que hemos hecho un experimento con la política de izquierda. Es bastante obvio que Chile necesita volver a una senda conservadora, y que gane el mejor candidato.
“Creo que es importante (para Chile) tratar de mantener las mejores relaciones posibles tanto con China como con Estados Unidos. Se necesita comerciar con China. Eso está claro. Pero también se necesita una buena relación con Estados Unidos. Y creo que ese es el reto”.
- La incertidumbre local de los últimos años también se ha reconocido internamente. De hecho, el propio Ministro de Hacienda lo ha dicho, pero también ha señalado que ahora nos encontramos en una situación mejor, con una economía más sólida que la que teníamos antes. ¿Está de acuerdo?
- Claramente, no es malo, pero creo que hay que plantearse la pregunta: ¿Cómo estará Chile dentro de un año, dentro de 10 años? ¿Está en una senda sostenible? Y creo que hay muchas cosas que se podrían mejorar en este sentido. Ya hemos mencionado que el mundo se ha convertido en un mundo difícil, un mundo en el que se están imponiendo aranceles que afectan al cobre, que es una exportación crucial para Chile.
Chile se verá afectado si las relaciones entre Estados Unidos y China se deterioran.
Así que hay muchos obstáculos, muchos retos por delante para esta economía.
Sigue siendo, en muchos sentidos, la economía más exitosa de toda la región. Tiene el PIB per cápita más alto. Son motivos para celebrar. Pero creo que los chilenos deben tener mucho cuidado de no caer en la complacencia. Hay algunas cosas que necesitan una reforma radical. Hay formas en las que Chile podría ser mucho más productivo, hay formas en las que podría avanzar mucho más tecnológicamente.
Por lo tanto, es hora de centrarse realmente en la estabilidad fiscal, el Estado de derecho y las medidas para aumentar la productividad de la población. Se acerca la era de la inteligencia artificial, y todos los países deben preguntarse: ¿Qué significa esto para nosotros? ¿Cuál es el futuro de nuestros jóvenes? Por lo tanto, no hay lugar para la complacencia. Ni siquiera en una economía relativamente exitosa como la de Chile.
“Pelo alocado”
Luego de su paso por Chile, Ferguson viajará a Buenos Aires para reunirse este miércoles con el Presidente de Argentina, Javier Milei, del cual se declaró “un fan”.
“Me convertí en fan de Milei en cuanto oí hablar de él, porque Milei se acerca mucho más a mis ideales de libre mercado y Estado reducido que otros populistas de nuestro tiempo, entre los que se incluyen no solo el Presidente Trump, sino también sus numerosos imitadores en todo el mundo”, señaló en su presentación.
“Hay elementos del Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas en el Presidente Milei, pero él ha comprendido algo que ha escapado a la mayoría de los políticos libertarios o liberales clásicos. Ha comprendido que hay que combinar el radicalismo con las redes sociales. Hay que hacerlo divertido”, sostuvo. Y aseguró que lo hace con su motosierra y con su “pelo alocado”.
Además, aplaudió el ajuste fiscal que ha realizado el mandatario argentino hasta el momento, comparándolo con el ejecutado por Margaret Thatcher en la década de los ‘80 en Gran Bretaña, que tomó 10 años.
“Haber logrado esas políticas fiscales, haber reducido la inflación, haber desregulado sectores enteros de la economía argentina y haber seguido siendo popular es un logro asombroso”, sumó.
- Algunos políticos chilenos miran con atención el caso de Argentina, la motosierra, y plantean que deberíamos emular el trabajo que han hecho. ¿Cree usted que deberíamos imitar las ideas de Milei?
- Chile no ha tenido una inflación del 200%. Los problemas que ha atravesado Argentina en los últimos años han sido mucho peores. Y eso se puede ver si se analiza el crecimiento de la economía argentina, si se analiza el tipo de inflación que han sufrido. Por lo tanto, se puede ver que el apetito por un cambio radical no es tan grande aquí.
Por otro lado, si se observa la trayectoria fiscal de Chile, si se analiza su rendimiento en materia de crecimiento, se ve que podría mejorar. Por lo tanto, no es necesario tomar medidas tan drásticas como las que ha tomado Javier Milei en Argentina.
Pero hay que darse cuenta de que está haciendo algunas cosas muy buenas. La consolidación fiscal, excelente. La desregulación, pensemos en el sector inmobiliario en Buenos Aires, tremendamente importante. Y la reducción del tamaño del Gobierno.
En todo el mundo, el Gobierno se ha vuelto demasiado grande. Las deudas se han vuelto demasiado grandes. Por lo tanto, lo que está haciendo Milei puede parecer muy radical, pero en realidad todos los países, incluido Estados Unidos, deberían aprender de Milei.