Fuentes atribuyeron la situación financiera al plan para crear una fundación que llevaría fármacos a comunas sin farmacias. La CEO de Fracción señaló que hace tres semanas pausaron indefinidamente la formación de la entidad y confirmó el cierre de entre cuatro y seis locales físicos “porque no eran rentables”.
Un incierto futuro atraviesa Fracción, una startup fundada por Javier Vega en 2017 con la misión de ampliar el acceso a medicamentos mediante la venta fraccionada.
La compañía citó a una junta extraordinaria de accionistas para este 28 de agosto, cuyo principal punto en tabla será aumentar el capital por hasta $ 700 millones.
Según constató DF con distintas fuentes cercanas al tema, el objetivo de esta operación sería obtener liquidez y pagar las deudas que mantiene con proveedores y bancos.
Una situación que fue ratificada por la CEO de Fracción, Sofía Valenzuela, quien asumió este cargo el 1 de mayo pasado. “(Si no logramos el aumento de capital) obviamente la situación se complica y significaría tener que pasar un par de meses ajustados”, dijo a DF, descartando una quiebra inminente.
Fracción nació con la idea de mejorar el acceso a medicamentos, con un modelo que combina marketplace y algunos locales físicos. En 2020 lanzaron Comunas Sin Farmacias, una iniciativa social para llevar remedios a 50 comunas.
Para financiar ese proyecto y el crecimiento de la compañía, en abril del año pasado realizó un levantamiento de capital a través de la plataforma ScaleX. Obtuvieron US$ 1,7 millones por el 28,08% de la propiedad, y fueron valorizados en US$ 6 millones.
En esa ocasión, Vega dijo que esos recursos serían destinados a posicionarse como la principal farmacia digital de Chile, al desarrollo de una aplicación móvil y a ampliar su oferta.
$ 700 millones busca recaudar en junta extraordinaria de accionistas.
El plan también consideraba impulsar el proyecto de Comunas Sin Farmacias, por lo que se decidió crear una fundación que sería lanzada el primer semestre de este año. El objetivo era continuar con la venta de fármacos y, por otro, encauzar la “parte social” con la nueva entidad sin fines de lucro.
Pese a que esta iniciativa no vio la luz, según fuentes consultadas, trajo coletazos a la operación y elevó el costo financiero de la startup.
“La fundación es imposible financieramente, tenía pérdidas por unos $ 40 millones mensuales”, dijo una fuente cercana al proceso.
En tanto, uno de los accionistas, afirmó que “el negocio sigue siendo súper viable, pero se gastó mucha plata en cosas como impulsar la fundación (...) Fracción tiene números azules y con sólidas proyecciones”.
Agregó que el problema es que los ingresos y utilidades se están destinando a pagar deudas, principalmente créditos con BancoEstado y proveedores.
Valenzuela confirmó que los pasivos suman más de $ 1.000 millones, algunos de las cuales se “están renegociando”.
No obstante, una fuente consultada dijo que la continuidad de la compañía estaría ligada a concretar el aumento de capital: “Todo depende de eso. Si no le va bien, probablemente la empresa efectivamente quiebre”.
La reformulación de la estrategia
Valenzuela señaló que el plan para sortear este escenario es “fortalecer las estrategias que sabemos que son diferenciadoras” y que le reportan ingresos a Fracción: e-commerce, venta física en su farmacia principal en Providencia y negocios B2B con isapres e instituciones.
$ 1.000 millones es la deuda que tiene con bancos y proveedores.
Además, dijo que hace tres semanas tomaron la decisión de pausar indefinidamente la formación de la fundación y que cerraron entre cuatro y seis locales físicos porque “no eran rentables”. No obstante, comentó que algunas de esas sucursales fueron entregadas a los químicos farmacéuticos para continuar su operación y no perjudicar a los consumidores.
“La junta es para hacer frente a ciertos pasivos de la compañía y dar tranquilidad a los accionistas acerca del estado financiero de Fracción” e informar que se tomaron medidas, como “cerrar ciertas líneas de negocios que no eran eficientes”, afirmó.
La “buena noticia”, agregó, es que la startup mantiene números azules, lo que les ha permitido retomar de a poco la “sanidad” del negocio y proyectó que este año, los ingresos superarían los $ 4.500 millones, lo que en parte se debe al nuevo modelo de negocio en alianza con isapres y no necesariamente a la venta directa al consumidor.
En caso de no lograr el aumento de capital, la ejecutiva dijo que tendrán que volver a reformular su estrategia para ajustar los números y continuar con los planes de pago que tienen con los proveedores y bancos.
Por otro lado, Valenzuela también descartó posibles despidos dentro del equipo de 14 personas en caso de no conseguir los recursos adicionales.