Noticias poco alentadoras trajo la última edición de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
De acuerdo a la medición, la tasa de desocupación en Chile durante el trimestre abril-junio se ubicó en 8,9%. La cifra registró un ascenso de 0,6 puntos porcentuales (pp.) en 12 meses, producto del alza de la fuerza de trabajo (0,6%) y a la nula variación de las personas ocupadas.
De hecho, las personas desocupadas aumentaron un 7,2%, incididas, principalmente, por aquellas personas con educación terciaria universitaria o superior, que mostraron un alza de 30,2%. Así, de los 61 mil desocupados adicionales en un año, 53 mil cuentan con dicho nivel educacional.
Sumando a este grupo, el total de personas desocupadas llegó a 909.840.
El subdirector Técnico del INE, Leonardo González, explicó que ha existido un incremento en la cantidad de desocupados con educación universitaria o más, alcanzando las 227.706 personas, representando el 25% de la población desocupada total. “Hace doce meses dichas cifras eran 174.912 y el porcentaje alcanzaba el 20,6%, respectivamente”, dijo González.
Y no es el único indicador que ha empeorado. La duración del desempleo también ha ido al alza. De hecho, el promedio de la duración de búsqueda para los desocupados alcanzó los 7,6 meses en el trimestre abril-junio.
Además, en el país hay 171.284 personas desocupadas de largo plazo (es decir, personas que llevan más de 12 meses de búsqueda de empleo), lo que significa un incremento de 25.205 personas en un año. Este grupo representa el 18,8% del total de desocupados.
La duración de la desocupación entre las personas con educación superior es mayor al promedio nacional, ya que en este grupo alcanza los 9,4 meses.
Con relación a las tasas de participación y ocupación, éstas se situaron en 61,9% y 56,4%, decreciendo 0,2 pp. y 0,5 pp., respectivamente. Por otra parte, la población fuera de la fuerza de trabajo se expandió 1,4%, influida por las personas inactivas potencialmente activas (10%) e iniciadores (2,7%).
Subempleo al alza
En la conferencia, González presentó una nueva dimensión de análisis, denominada “Inadecuación por calificación según nivel educativo”, la cual analiza la correspondencia de la ocupación y el nivel educacional, y clasifica a un ocupado en condición de: subeducación, cuando el nivel de educación es inferior al requerido para realizar su trabajo; sin inadecuación, cuando el nivel de educación está emparejado con el nivel requerido para realizar su trabajo; y sobreeducación, cuando el nivel de educación es superior al requerido para realizar su trabajo.
Este nuevo indicador permitió constatar que ha aumentado significativamente el nivel educacional de la fuerza de trabajo. A modo de ejemplo, si en 2010 las personas con educación terciaria compuesta por ciclo corto y universitaria o superior representaron un 5,3% y 16,2% de la fuerza de trabajo, estos porcentajes pasaron a representar un 12,5% y 26,5% en 2024, respectivamente.
Sin embargo, este mayor nivel educativo no ha ido de la mano de empleos de igual nivel. De hecho, el desajuste entre las ocupaciones y el nivel educativo de la población se ha incrementado.
Si en el trimestre de enero-marzo de 2017 existían 844 mil ocupados con sobreeducación para sus ocupaciones, lo que representaba el 9,9% del total de ocupados, en el trimestre abril-junio 2025 existieron 1,4 millones de ocupados con sobreeducación, lo que representó el 15,3% del total de ocupados.
“La subutilización por nivel educativo ha aumentado, y esa subutilización por nivel educativo se concentra enteramente en las personas con educación universitaria o superior”, dijo González.
¿Factor SII?
González explicó que la nula variación de la ocupación se explicó por la expansión de la ocupación formal (1,4%, correspondiente a 96.319 personas) y a la contracción de la ocupación informal (de 3,8%, correspondiente a 96.178 personas menos).
Consultado respecto a qué está pasando con los informales y la trayectoria que están tomando, el vocero del INE dijo que hay varios fenómenos en curso.
De hecho, explicó que una dinámica que se viene observando hace algunos trimestres móviles es que “están cayendo los cuenta propia y están cayendo también los empleadores. Y en ese sentido ahí puede haber distintas dimensiones que ayuden a explicar esta caída que hemos visto en los últimos 12 meses. Una puede estar vinculada al efecto fiscalización del Servicio de Impuestos Internos (SII) que hace que disminuyan los trabajadores por cuenta propia informales, porque al mismo tiempo existe una cierta dinámica de hacia dónde se está yendo estas personas. Y lo que hemos observado es que las personas que salen de la informalidad en general transitan hacia formalizarse o hacia la búsqueda de un empleo asalariado”.
Pero no es lo único. De acuerdo a González, algunas personas también se van de la fuerza de trabajo hacia la inactividad.