En un contexto aún marcado por baja liquidez en el ecosistema de emprendimiento, la noruega Visma se ha convertido en sinónimo de exits (ventas) para compañías chilenas.
La multinacional especializada en el desarrollo de soluciones tecnológicas para la gestión empresarial, desde octubre hasta ahora, ha adquido tres firmas nacionales: Rex+, Rindegastos y Talana, las cuales se incorporaron a su portafolio.
Detrás de la estrategia regional está el argentino Álvaro Capobianco, presidente de Visma Latam y quien participó en la reciente Cumbre ACVC de la Asociación Chilena de Venture Capital.
Desde Buenos Aires, el ejecutivo contó cómo Latinoamérica se convirtió “accidentalmente” en la región con mayor crecimiento para la compañía, que está en 28 países, tiene 17 mil empleados y factura US$ 3 mil millones.
“Todo esto que parece una gran corporación, la defino como una especie de Endeavor: un grupo de empresas, porque Visma es un conglomerado formado por más de 200 compañías de software”, dijo.
En 1996, con el auge del desarrollo de programas informáticos en Europa, se fundó Visma en Noruega y, rápidamente, se expandió por Suecia, Finlandia y Dinamarca.
Su llegada a Latinoamérica se concretó en 2018 con la compra de Raet, una firma de Países Bajos que ya operaba en la región con una facturación de US$ 1 millón anual.
Capobianco contó que la compañía consideró cerrar la operación en esta región, pero como ejecutivo a cargo, insistió en continuar. En su opinión representaba una gran oportunidad fuera de Europa, un territorio con más de 600 millones de habitantes, baja digitalización y una demanda creciente por software empresarial. Le dieron 12 meses de prueba.
Ocho años después, la operación latinoamericana factura US$ 150 millones, tiene 1.900 empleados, 150 mil clientes -10 mil de ellos en Chile- y concentra una parte significativa de la inversión global: más de US$ 400 millones solo en 2025.
La ruta de adquisiciones
Chile quedó en el centro de esa hoja de ruta. Capobianco vivió cinco años en el país -se fue después del terremoto de 2010-, fundó aquí una startup de tecnología para recursos humanos y conoce el mercado. Lo considera uno de los más sofisticados de la región en software de gestión con actores que son “casos de estudio” y un “talento tremendo”.
Por eso, priorizó un paquete de adquisiciones que ya suma US$ 200 millones: primero compró Laudus en 2023, un ERP para pequeñas y medianas empresas; luego, en octubre de 2024, Rex+, para consolidar la capa de remuneraciones; en mayo de este año, Rindegastos, que unió finanzas y recursos humanos; y, en junio pasado, Talana.
El ejecutivo comentó que cada una encaja con el objetivo de Visma de proveer software de misión crítica, lo que definió como un sistema que ante cualquier emergencia o catástrofe pueda seguir operando. “Puede haber un terremoto o pandemia, pero hay soluciones que tienen que seguir funcionando y eso es la contabilidad, facturación y remuneraciones”, explicó.
La compra de Talana sintetiza el enfoque. La seguía desde la pandemia, cuando aún era una startup. Lo convencieron su marca, la calidad técnica y tecnológica, y su cultura. “Es la mejor app (aplicación) de personas que tenemos en Latinoamérica y le compite a algunas de Europa”, afirmó Capobianco.
Agregó que opera en un segmento distinto al de Rex+, lo que les permite abarcar “más capas” del mercado local de tecnología para recursos humanos (HR tech).
Explicó que a diferencia de las adquisiciones tradicionales del mundo corporativo, ninguna de las compañías que compran desaparece. Mantienen su marca, equipo, el CEO y su hoja de ruta. El 70% de los fundadores sigue dentro del grupo, y la integración ocurre vía conocimiento compartido y acuerdos entre las empresas del portafolio.
Capobianco adelantó que en los próximos días anunciarán la compra de la quinta startup local. “Continuaremos con este ritmo de adquisiciones (en la región) en 2026”, afirmó.
Para el ejecutivo el sector de HR tech ha sido “especialmente prolífico” en Chile tras el vacío que dejó la venta de Payroll hace una década, lo que ha traído el surgimiento de grandes actores como Buk y Rankmi (además de Talana).
Consultado por estas dos startups, dijo que estuvo en conversaciones con ambas durante la pandemia, pero que sus visiones no calzan con la estrategia de Visma, por ejemplo, en el plan de expansión.
“Cuando los fundadores se mudan a México para crecer allá, siguen un manual muy de Stanford: ir al mercado hispanohablante más grande. Pero lo que funciona en Chile no necesariamente funciona en México; y escalar allá es mucho más complejo”, dijo.
Comentó que Visma hace lo contrario: “Queremos que Talana sea más chilena que nunca. Y siempre pregunto lo mismo: si ninguno de los actores supera el 10% de la participación de mercado local, ¿para qué irse a México? ¿Cuánto realmente va a crecer allá? El tiempo dirá quién tiene razón”.