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Incertidumbre en renta fija

En los últimos meses se ha configurado un escenario en el mercado de renta fija

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En los últimos meses se ha configurado un escenario en el mercado de renta fija bastante particular, con una mezcla de diversos factores difíciles de determinar pero que han generado un panorama bastante inusual. Para empezar, resulta relevante considerar que las expectativas implícitas en los instrumentos de mercado para la Tasa de Política Monetaria tienen internalizado hoy sólo una baja adicional de 25 puntos base durante el segundo trimestre de 2014.

Definitivamente lo que más llama la atención son los excepcionales niveles de liquidez del mercado de depósitos. Es muy llamativo que no exista prácticamente ninguna diferencia entre una tasa de depósitos a 150 ó 200 días y la Tasa de Política Monetaria (TPM) implícita en los instrumentos de mercado para el mismo período. Cabe señalar que al menos en términos históricos es un evento completamente inusual y que se ha ido profundizando gradualmente en los últimos meses. No es menos interesante que este fenómeno se intensifique para plazos menores, considerando que las tasas de los mismos instrumentos entre 30 y 90 días se encuentran muy por debajo de la TPM implícita. Es tan importante el spread o diferencial negativo que existe en los plazos menores que si el Banco Central sorprende al mercado y baja 50 puntos base la TPM en los meses más próximos, estas tasas de depósitos aun se mantendrían sin ningún spread respecto a la TPM. Puede ser evidente pero es importante destacar que los datos implícitos mencionados no se obtienen de una encuesta a economistas que entregan su mejor proyección de la tasa de instancia con la información disponible, sino que provienen de precios transados y disponibles para los mismos agentes de mercado que compran los depósitos.

Ahora bien, ¿cuáles serían los factores determinantes de la evolución de este spread? Es muy difícil saber con precisión pero probablemente el factor común sea la incertidumbre. Por ejemplo, el impacto de la reforma tributaria y temas precautorios asociados podrían estar generando mayor demanda por depósitos de corto plazo así como también la falta de la definición de las emisiones de bonos de la Tesorería General de la República. De todas formas da la impresión que existirían otros factores más relevantes. En particular, los niveles de tasas de interés reajustables, prácticamente a todos los plazos, han alcanzado niveles excepcionalmente bajos en términos históricos producto de un escenario bastante particular de desaceleración de la economía y continuas sorpresas al alza de inflación en los últimos meses. Esto ha generado incertidumbre ante un eventual rebote significativo de las tasas reajustables en caso de observarse cifras de inflación menores en los próximos meses, situación coherente con la desaceleración de la economía pero que se compensa por las dudas de la magnitud del traspaso de la depreciación del peso sobre el IPC y la elevada inflación de marzo.

Por tanto, refugiarse en instrumentos líquidos y de corto plazo parece una respuesta razonable ante la incertidumbre que proviene desde distintos frentes pero está generando un escenario insostenible en el tiempo incluso sin considerar implicancias de política monetaria.

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