Los resultados de las pruebas de solvencias aplicadas a 51 bancos europeos y que se publicaron el viernes fueron inicialmente celebrados por los mercados, con sólo una institución, el italiano Monte dei Paschi, arrojando capital negativo en caso de una crisis.
Sin embargo, tal como en ocasiones anteriores, los exámenes de las autoridades no logran disipar las dudas de los inversionistas por mucho tiempo, a medida que persiste el estancamiento en las negociaciones para una mayor integración de la Unión Europea, especialmente la unión bancaria y fiscal.
Los temores de que una crisis en el sector hunda a toda la región revivieron ayer, con las acciones de grandes entidades financieras arrastrando a las bolsas regionales.
La ola de turbulencia desatada luego de que los británicos votaran en favor de abandonar el bloque, a fines de junio, había generado esperanzas de que las autoridades regionales volvieran a ver la urgencia de actuar para completar la integración y evitar nuevas fugas, pero desde entonces el impulso nuevamente se ha desvanecido. Y con elecciones programadas para el próximo año en Francia, Alemania y Holanda, las posibilidades de que reviva seguirán alejándose.