Los principales productores de cables eléctricos están subiendo sus precios semanas después de la sorpresiva decisión del Presidente Donald Trump de eximir de aranceles a las importaciones básicas de cobre, sugiriendo que los consumidores americanos podrían terminar pagando más incluso después de la caída de precios del metal.
Southwire, una de las productoras de cables de cobre más grande de Estados Unidos, y Cerro Wire, fabricante de cables propiedad de Berkshire Hathaway, anunciaron un aumento de precios de 5% a un rango de productos de cobre, de acuerdo con cálculos hechos por Bloomberg con datos encontrados en plantillas de precios de las empresas.
Este movimiento muestra cómo un pequeño grupo de compañías de bajo perfil dueñas de plantas estadounidenses procesadoras de cobre serán posiblemente las principales beneficiadas por el shock producido por el alivio arancelario de Trump.
La decisión del presidente de aplicar su arancel de 50% sólo a productos que contienen cobre como cables y alambres, y no al cobre refinado como se temía, significa que empresas como Southwire y Cerrowire ahora pagarán mucho menos de lo que anticiparon por el metal que compren. Al mismo tiempo, la tarifa de importación a productos que contengan cobre subirá los costos a los competidores internacionales que envíen sus productos a EEUU.
Analistas estiman que, hasta que EEUU construya plantas procesadoras de cobre es probable que el costo agregado para los consumidores estadounidenses y a las cientos y miles de toneladas importadas de productos que contienen cobre se verá afectado por la inflación, a pesar de una aguda baja en los precios locales del propio metal.
“Aunque los precios de los cables son influenciados por el precio del cobre, no son iguales. El margen entre ambos puede crecer si los productores locales tienen más poder de fijación de precios,” dijo Aisling Hubert, analista de cables senior de CRU Group. El arancel significa que productores de EEUU tendrán ventaja en la negociación con sus clientes, dijo.
No está claro si el aumento de precio fue una respuesta directa a la decisión arancelaria, y es probable que pase algún tiempo antes de que se vean todos sus efectos en el mercado.
Los precios locales de los cables de cobre -utilizados en casi todos los edificios, aparatos electrónicos y servicios de energía- ya habían subido rápidamente previo a la decisión de Trump, según información del gobierno estadounidense. Un índice de precios que forma parte del cálculo de la inflación de precios al productor alcanzó un máximo histórico en julio con un aumento de 12% comparado con el año anterior.
Ni Southwire ni Cerrowire respondieron a las solicitudes de comentarios. Southwire, que es una de las importadoras de cobre refinado más grandes, hizo lobby contra los aranceles a las importaciones mediante una carta dirigida al Departamento de Comercio este año.
Massimo Battaini, alto ejecutivo de Prysmian, que junto con Southwire dominan el mercado de cableado estadounidense, señalaron que la decisión arancelaria fue un respiro y probablemente significará más utilidades para su empresa.
Durante una llamada con analistas el día del anuncio, Battaini declaró: “Los productores locales, como nosotros, se beneficiarán de los costos más altos a cables importados desde el extranjero. Esto certeramente beneficiará nuestra predicción para el año.”
Estados Unidos importó 810 mil toneladas de cobre no procesado el año pasado, lo que corresponder a 45% de los 1,8 millones que el país consume, de acuerdo con cifras de US Geological Survey.
Mientras esas importaciones se salvan de los aranceles, EEUU también importa cientos de miles de toneladas de productos que contienen cobre, los cuales sí serán sometidos a impuestos de 50%. Eso incluye productos semi procesados como varillas, tubos y láminas, y posibles bienes ya procesados, como los cables. Del total de la demanda de cables de EEUU, 23% fue satisfecha por importaciones.
Para estar seguras, las empresas estadounidenses podrían invertir en capacidad doméstica para reemplazar importaciones, reduciendo el impacto inflacionario del arancel. Las importaciones de cables serían “más difíciles de reemplazar a corto plazo” pero la nueva capacidad de cables de bajo voltaje puede ser construida en uno o dos años, dijo Hubert, de CRU.
Es más, hay bastante incertidumbre sobre qué tan amplio será el alcance de los aranceles. No está claro si las importaciones de Canadá y México, dos de las principales fuentes de productos de cobre, estarán exentas de las nuevas tarifas debido al acuerdo de libre comercio entre los tres países, según Hubert.
Un analista de JPMorgan Chase dijo que Estados Unidos serán considerablemente menos dependientes de las importaciones de productos de cobre que de las de cobre refinado, haciendo que la expansión de capacidad local sea “relativamente lograble en los próximos años”. Aun así pronosticaron “precios más altos” por ahora.
Peter Schmitz, director de investigación de mercados globales de cobre de Wood Mackenzie, dijo que el cobre corresponde a cerca de dos tercios del precio de un cable y a entre 20% y 30% del costo de un motor eléctrico.
“Son inflacionarios? Lo son,” dijo sobre los aranceles. “Al final alguien paga; y ese va a ser el comprador estadounidense”.