Anglo American sufrió un fuerte revés en sus planes de reestructuración después de que Peabody Energy decidiera retirarse de un acuerdo por US$ 3.800 millones para comprar su negocio de carbón metalúrgico, tras un incendio en una mina en Australia.
Las compañías han mantenido marcadas discrepancias sobre el impacto del incidente de marzo en la mina Moranbah North, un activo que, según Peabody, representaba cerca de la mitad del valor del acuerdo. El productor estadounidense de carbón sostuvo que el incendio constituyó un “Cambio Adverso Material” (MAC, sigla en inglés), una causal para desistir del pacto. Anglo afirma que no se trata de un MAC y planea iniciar un arbitraje para reclamar daños por terminación indebida.
Las empresas no lograron un acuerdo revisado que compensara a Peabody por el impacto del incendio, dijo la firma este martes. Peabody también dio por terminados los planes para revender una de las minas de Anglo a un minero indonesio. Además, buscará recuperar un depósito de US$ 75 millones, según una persona al tanto.
El colapso del acuerdo es un nuevo dolor de cabeza para Anglo. En noviembre, la compañía había aceptado vender los activos de carbón para simplificar y reducir drásticamente su negocio —y enfocarse en cobre y mineral de hierro— mientras rechazaba una oferta de US$ 49.000 millones de BHP Group. El carbón se suponía que sería la unidad más fácil de desinvertir —en parte por la calidad de las minas— y la operación era vista como una primera gran victoria para Anglo, con potencial de generar caja y demostrar avances a sus inversionistas.
Anglo ya escindió su negocio de platino y está buscando un comprador para su problemática división de diamantes, De Beers.
El arbitraje probablemente será un proceso lento y es poco probable que la disputa se resuelva antes del próximo año, según Andy Blumenfeld, director de análisis de datos en McCloskey by OPIS.
Las acciones de Peabody cayeron 2,1% a las 10:25 a. m. en Nueva York, revirtiendo un alza anterior. Las acciones de Anglo subieron 1,3% en Londres, aunque a un precio inferior al previo al anuncio.
Para Peabody, el acuerdo sobre carbón ofreció una forma de impulsar su presencia en el sector del carbón metalúrgico, necesario para la producción de acero. Aun así, el valor del acuerdo parecía excesivo, ya que el precio acordado casi duplicaba la capitalización bursátil actual de Peabody.
Disputa por el impacto
Anglo cuestionó reiteradamente las afirmaciones de Peabody sobre el incendio en Moranbah y dijo en mayo que esperaba seguir trabajando con la firma estadounidense para cerrar la operación, que originalmente se preveía concretar a mediados de este año.
El siniestro se produjo después de otro incendio en 2024 en la mina Grosvenor de Anglo, su mayor proyecto metalúrgico en Australia, que también permanece clausurado y formaba parte del acuerdo con Peabody.
La decisión de Peabody de frustrar la adquisición de los activos de Anglo llega en un contexto en que las tensiones comerciales y la incertidumbre económica global repercuten en el mercado del carbón. Aunque el presidente Donald Trump prometió impulsar el uso del carbón, la industria enfrenta obstáculos significativos, y la producción estadounidense cayó por los altos costos, las regulaciones ambientales y la competencia del gas natural barato y de las energías renovables.
El director ejecutivo de Anglo, Duncan Wanblad, dijo este martes que la compañía confía en encontrar un nuevo comprador para las minas y que ha recibido interés en los últimos meses.
Aun así, cualquier reventa se realizaría en un entorno de precios del carbón más débiles que cuando se pactó la operación con Peabody, lo que alimenta la incertidumbre sobre si Anglo podrá obtener términos tan favorables como los acordados con Peabody.La empresa ya había señalado que hallar un nuevo comprador podría retrasar su salida del carbón hasta el próximo año.
“Ambas partes están seguras de su posición desde el punto de vista legal” respecto de Moranbah North, señalaron este mes en una nota los analistas de Jefferies LLC, entre ellos Christopher LaFemina. “Un arbitraje prolongado podría ser un lastre para las acciones de ambas compañías.”