El cobre prolongó el miércoles un potente repunte en diciembre que impulsó los precios del metal industrial a máximos sin precedentes por encima de los US$ 12.000 por tonelada, ante el temor a un mercado global más ajustado en 2026.
Una serie de importantes interrupciones en las minas este año se han combinado con la amenaza de aranceles de importación estadounidenses, lo que ha llevado a los operadores a invertir en el país para anticiparse a posibles gravámenes. Como resultado, el cobre ha ganado casi un 40% este año y se encamina a su mayor aumento anual desde 2009.
El miércoles, los precios en la Bolsa de Metales de Londres subieron hasta un 1,8%, alcanzando un máximo histórico de US$ 12.282 por tonelada o US$ 5,57 por libra. Los futuros subieron un 1,1%, hasta los 12.195 dólares a las 9:43 a. m., hora local.
“Factores como las interrupciones del suministro, las expectativas de liquidez global y un crecimiento macroeconómico relativamente estable han acelerado el aumento de los precios del cobre a finales de año”, afirmó Xiao Jing, analista jefe de metales no ferrosos de SDIC Futures Co.
Los riesgos de suministro, temidos durante mucho tiempo por el mercado, se materializaron este año. Un accidente mortal en la segunda mina de cobre más grande del mundo en Indonesia, una inundación subterránea en la República Democrática del Congo y una explosión fatal de roca en la mina El Teniente de Codelco en Chile frenaron la producción mundial.
Mientras tanto, el temor a los aranceles ha llevado a los operadores a aumentar los envíos a EEUU, lo que ha reducido la oferta en otros lugares.
Al mismo tiempo, las perspectivas de demanda se mantienen sólidas, con cantidades masivas de cobre necesarias para construir redes eléctricas, nuevas infraestructuras energéticas y la industria manufacturera. Los inversores también apuestan a que el consumo de cobre aumentará aún más para satisfacer las crecientes necesidades energéticas de la industria de la inteligencia artificial.