Una promesa que parece comenzar a materializarse. Este lunes, los ministros de Trabajo, Giorgio Boccardo, y de Hacienda, Nicolás Grau, le presentaron a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) los lineamientos del proyecto de ley de negociación ramal, un compromiso que se pactó en la negociación de salario mínimo de 2022.
El proyecto contempla avanzar en un modelo de negociación de tres niveles coordinados: sectorial, intermedio y empresa.
¿Cómo funcionará? De acuerdo a participantes de la cita, la idea es que el nivel sectorial funcione como un “paraguas” en el cual se negocien temas como condiciones mínimas de trabajo, productividad, formación laboral y salarios, entre otros.
En el intermedio, en tanto, la apuesta es que acá tomen fuerza mecanismos como los acuerdos marco, un tipo de negociación que es muy utilizado en la minería y la industria forestal.
Cuando se llegue a la empresa, la propuesta es que el modelo siga funcionando como lo hace hoy, pero en concordancia con los otros dos niveles.
Se trataría de un nuevo esquema de negociación donde el modelo sería aquel utilizado por el Gobierno para abordar la crisis del cierre de Huachipato, ya que en dicha zona se sentaron en una misma mesa los distintos actores para definir el plan de acción a seguir y así evitar una crisis de empleabilidad de más envergadura.
¿Quién negocia? Hasta el momento, por el lado de los trabajadores serían las confederaciones que los agrupan; y por el lado de los empleadores, los principales gremios empresariales.
Un esquema en el que, además, no se descarta del todo que la participación de los actores sea obligatoria, aunque dicho diálogo no se traduzca en un acuerdo concreto. Un tema cuya definición se conocerá cuando ingrese el proyecto.
Los beneficios
De acuerdo a lo informado por los ministerios, esta iniciativa de ley “trasciende la visión tradicional al vincular directamente la mejora de las condiciones laborales con la eficiencia productiva, la innovación y el desarrollo sostenible del país”.
En concreto, dijeron en un comunicado, “los acuerdos sectoriales fomentarán las mejoras productivas mediante incentivos sustancialmente mayores para la Investigación y Desarrollo tecnológico (I+D) y permitiendo un mayor grado de adecuación de la jornada acorde las diversas realidades sectoriales y subsectorial”.
Además, plantearon que el nuevo esquema tiene varios beneficios, como una mayor cobertura por acuerdos colectivos, mejoras en estándares salariales y condiciones de trabajo, menos conflictividad laboral mediante diálogo institucionalizado, vínculo entre mejoras laborales y productividad, incentivos tributarios (Ley I+D) para empresas que participen, apoyo técnico del Estado para nivelar información entre las partes, entre otros.
“Los acuerdos sectoriales incluirán capacitación, certificación de competencias y transición tecnológica, vinculando las mejoras laborales con la eficiencia e innovación”, dijeron.