Se desató la disputa. Una fría disputa. El grupo Unifood activó una arremetida judicial para frenar la decisión de la gigante Nestlé, que -recientemente- terminó de forma unilateral y anticipadamente el contrato de uso de la marca Savory para heladerías con el mencionado conglomerado gastronómico, que enfrenta una grave crisis financiera.
El acuerdo entre las partes vencía en diciembre de 2027, pero la multinacional suiza -como revelara Diario Financiero- acusó varios incumplimientos de la que se autodenomina “la cadena de heladerías más grande e importante del país” y que -hasta ahora- opera los locales en Chile bajo licencia de Nestlé, que es la dueña de la tradicional marca Savory.
Para la gigante suiza, la sociedad Ice Cream (filial del grupo Unifood y que es dueña de las heladerías) incumplió al menos dos puntos del contrato: que está en insolvencia (ya un proveedor pidió su liquidación) y por el daño a la imagen reputacional de la marca, cuestión derivada del primer punto.
Nestlé envió la carta de término unilateral del contrato el pasado 15 de diciembre y buscaría que la administración de Ice Cream comience a sacar los letreros de Savory de sus locales.
Unifood, junto con operar las heladerías, también maneja las cadenas Pollo Stop y Pedro, Juan y Diego (Cuatro SpA), con más de 250 puntos de venta y más de 2.200 colaboradores.
Hace más de un año, el grupo logró, por separado, un acuerdo de reorganización judicial para cada una de las mencionadas empresas; refinanció pasivos por $ 45 mil millones y, en cada proceso, la empresa apuntó a efectos financieros que le generaron la crisis social y luego la pandemia.
Las deudas de Ice Cream, que opera 117 heladerías Savory y da empleo a 818 personas, superaban los $ 15 mil millones al momento de solicitar su reorganización. Los principales acreedores son el banco Scotiabank, Nestlé Chile y Santander Chile.
En octubre de este año, la empresa fue demandada por un proveedor por incumplir su acuerdo de reorganización. Ice Cream rechazó la acción judicial.
El plan de la compañía es concretar la venta de Ice Cream con la licencia de la marca Savory vigente y así pagar sus deudas.
La acción judicial
En medio de este escenario, ayer, 23 de diciembre, el abogado Luis Carlos Valdés, en representación de Ice Cream, solicitó a la justicia que se decrete la medida precautoria de orden de no innovar en contra de Nestlé Chile.
El jurista dijo que “sorpresivamente”, el 15 de diciembre de 2025, Nestlé envió una carta a Ice Cream informándole su intención de finiquitar inmediatamente el Contrato Savory y que, un día después, la empresa le respondió que la terminación era inválida. “Los motivos que alegaba para justificar su decisión intempestiva (e ilegal) son sorprendentes, tanto por contradecir abiertamente los dichos y el comportamiento pasado de Nestlé, como por ser fácticamente falsos”, afirmó el jurista, quien sostuvo que “es urgente” que se dicte una orden de no innovar, ordenando a Nestlé “respetar” el Contrato Savory.
“La presente medida no puede ser más simple: existe un acreedor que busca sustraer (y forzar por vía de hecho la sustracción) un activo esencial del patrimonio de Ice Cream, sin causa legal o contractual legítima, para beneficiarse a sí mismo, en perjuicio de los demás acreedores y de los trabajadores de la empresa deudora”, señaló.
El tercero
En su recurso, el abogado de Ice Cream dijo que, el 17 de diciembre pasado, se le informó a la empresa que Nestlé tendría un acuerdo de palabra para que un tercero pase a operar las Heladerías Savory. Lo que -añadió- se confirmó más tarde ese mismo día en la comisión de acreedores, cuando, según sus palabras, el interventor “emplazó al representante de Nestlé, quien excusó lacónicamente diciendo que ‘cada uno velaba por sus propios intereses’”.
Luego, el abogado afirmó: “Esta situación se vuelve aún más sospechosa al saber la identidad de quien podría ser el futuro operador de Heladerías Savory: Fagase S.A., empresa que opera la marca Dunkin Donuts en Chile”.
El jurista señaló en su escrito que uno de los principales interesados para la adquisición de Icre Cream fue Dunkin Donuts, quien -dijo- firmó un acuerdo de confidencialidad, recibió información secreta, la analizó y envió una oferta no vinculante para la compra. Sin embargo, señaló que, por razones que Ice Cream desconocía, la transacción no se cerró.
“Hoy, la razón es obvia: Dunkin Donuts (que conocía de la existencia del Contrato Savory) se había ‘dado vuelta la chaqueta’ y negociado directamente con Nestlé un acuerdo incompatible con el Contrato Savory (…). Ambos deberán responder por los perjuicios que ello cause a Ice Cream y sus acreedores”, anunció el abogado, quien insistió que “terminar arbitrariamente el Contrato Savory y negociar un ‘preacuerdo’ con un tercero confirma la mala fe de Nestlé, quien logrará el pago de sus acreencias fuera del proceso de reorganización”.
“Con la terminación del Contrato Savory, Nestlé está extirpando la piedra angular del negocio de Ice Cream a cambio del lingote de oro que Dunkin Donuts le puso en frente”, añadió el jurista.
Junto a esto, afirmó que Nestlé decidió cortar el suministro de helados a Ice Cream: “Una vez que se agote el inventario, no tendrá nada que vender, no recibirá ingresos, y, como consecuencia, no podrá seguir pagando a sus acreedores, y, tarde o temprano, se encontrará en liquidación (…). Evidentemente, a Nestlé no le importa, pues ya se pagó ‘por fuera’”.