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Más allá de victorias y derrotas

El dictamen de la Corte Suprema que paralizó el proyecto Castilla...

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El dictamen de la Corte Suprema que paralizó el proyecto Castilla ha sido interpretado como “victoria” para las comunidades y “derrota” para los inversionistas. Una relación dicotómica que deja en evidencia la incapacidad de nuestra sociedad para abordar los problemas de fondo: la falta de un modelo energético que potencie el desarrollo sustentable y el quiebre del sistema establecido para el desarrollo de proyectos de inversión que tienen impacto en comunidades y el medio ambiente.



Para salir de esta lógica inconducente de “victorias” y “derrotas” es necesario entender y asumir por qué pasa lo que pasa. La judicialización de los proyectos da cuenta de la incapacidad de los interesados para ponerse de acuerdo. Mirado desde las comunidades, los tribunales aparecen como un camino viable para frenar el avance de un proyecto cuando se estima que no entrega garantías de resguardo al medioambiente y al estilo de vida que ha predominado en ese entorno.

Desde las empresas, es importante reconocer que la institucionalidad ambiental es compleja: intervienen distintos actores técnicos que no siempre conversan entre sí. Los procesos de evaluación se vuelven largos, confusos y hasta inconsistentes, y el tema termina zanjándose en los tribunales. 
Es relevante notar que casi ninguno de los proyectos de energía convencional ha encontrado el camino llano a su ejecución y cuando dos poderes del Estado se acusan mutuamente de intervención, el futuro de un modelo de energía sustentable para Chile se ve aún lejano.

Que el Poder Judicial se involucre más allá de dirimir legalidad o ilegalidad y opine sobre aspectos técnicos habla de lo alerta que están más estamentos de la sociedad a la eventualidad de que no se hagan las cosas bien. Los proyectos están pagando los pecados de diversos errores cometidos en el pasado. La memoria ya no es frágil. En una sociedad híper informada, los errores humanos que terminan en emergencias de contaminación, afectando al entorno natural y a las comunidades aledañas, se suman al “dossier” del descuido o la negligencia.

Esta realidad invita a mirar la coyuntura de otra forma. Hoy, son muchos actores los que dicen que los grandes proyectos industriales, mineros o energéticos requieren de la mirada local antes que la global; que se analicen y verifiquen los impactos y las sensibilidades más próximas antes de plantearse los beneficios para el país o para la industria. ¿Puede ser un proceso muy largo y lento? Ciertamente. Pero ya es largo y lento el camino que se está recorriendo en la actualidad, bajo la lógica de la desconfianza y el descrédito mutuo.

“Actúa sobre lo grande mientras es pequeño”, dice uno de los pasajes del Tao Te Ching (Clásico chino de “Los caminos y virtudes). Tal vez valga la pena seguir la recomendación del Viejo Maestro.

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