Columnistas

Nuevos delitos, nuevos desafíos

En las últimas semanas un problema masivo con clientes...

  • T+
  • T-

Compartir

En las últimas semanas un problema masivo con clientes bancarios terminó en una disputa entre el Sernac y la Asociación de Bancos (ABIF). El caso conocido como “la clonación de tarjetas de cajeros automáticos en Temuco” afectó aproximadamente a 2.500 clientes de cuyas cuentas se sustrajeron 
$ 600 millones.



La clonación fue una acción delictual, planificada con tiempo y precisión, en la que expertos con conocimiento de los dispositivos de seguridad identificaron algunos eslabones más débiles, utilizaron el fin de semana para girar el dinero desde el extranjero, para vulnerar controles y acumular el dinero fuera de la jurisdicción territorial del delito, todo ello aprovechando que el horario bancario en Chile termina el viernes a mediodía para reabrir el lunes en la mañana, lo que dificultaba que se dieran oportunamente las alertas.

Las víctimas de este delito son en primer lugar los clientes, pero también los bancos y la empresa que opera los cajeros.

La confrontación que surgió entre la ABIF y el Sernac tiene particularidades. Primero, porque el caso clonación no es uno típico de defensa del consumidor en que una empresa se beneficia cobrando en exceso o no entregando satisfactoriamente lo ofrecido, que es lo que origina conjuntamente la reparación y la compensación. En la situación específica se trata de dos víctimas, una directa y otra indirecta del mismo hecho delictual.

Una segunda cuestión es que la diferencia entre el Sernacy el gremio no era la reparación, vale decir restituir los depósitos robados a los clientes, porque había pleno acuerdo, sino que en la compensación, vale decir lo que había que dar por encima de lo sustraído a los clientes para resarcirlos por las molestias sufridas, las que no existieron, así como el delito.

Lo más llamativo, sin embargo, es la actitud del ministro a cargo del Sernac, que cuando se hace público el contenido de la carta que la ABIF le envió para hacer ver sus puntos de vista, reacciona airado diciendo “que no lo pauteen”, como si éste fuera un tema que no se puede tratar pública y abiertamente, y los ciudadanos no tenemos el derecho a conocer y debatir las diferentes posiciones, especialmente cuando se está cuestionando si la autoridad ha procedido de acuerdo a sus facultades legales o se ha excedido.

Al mercado y a la política le hace bien el debate abierto y transparente y no tenemos por qué sorprendernos que cada cual tenga su opinión y la exprese públicamente.

Lo más leído