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Columnistas

Organizaciones sin personas

JUAN CARLOS EICHHOLZ Socio fundador de Adapsys y profesor UAI

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 26 de marzo de 2025 a las 04:03 hrs.

Se viene la nueva temporada de juntas de accionistas y, además de los resultados del 2024, la atención estará puesta en el estreno de los nuevos presidentes del BCI y BICE-Security y, quizás también, de Cencosud. ¿Pero cuánto espacio se destinará a los desafíos que las empresas están enfrentando con la IA? Porque si hay algo que hoy está claro es que la IA no es el futuro, sino el presente.

Según un informe reciente del ESE Business School y PwC Chile, el 73% de las empresas locales ha comenzado a experimentar con IA, pero solo un 5% la ha integrado a fondo.

“La IA ya no solo puede hablar, sino que puede decidir y ejecutar. Es un punto de inflexión. Se trata de sistemas diseñados para funcionar como agentes autónomos, que pueden percibir su entorno y actuar para alcanzar objetivos específicos”.

Para poner sentido de urgencia, vale la pena reparar, a dos años de la aparición de ChatGPT, en el estado del arte de la IA y los efectos que tendrá en las organizaciones dentro de los próximos dos años. Y para darle un adelanto, puede que en ese plazo empecemos a ver las primeras grandes organizaciones sin personas, o con muy pocas.

Lo que nos trajo ChatGPT fue la posibilidad de interactuar y conversar con la IA, usándola como una suerte de copiloto. Lo que está ocurriendo ahora es el paso de la conversación a la acción, es decir, de ser un copiloto a ser un agente. Esto significa que la IA ya no sólo puede hablar, sino que puede decidir y ejecutar. Es un punto de inflexión.

Se trata de sistemas de IA diseñados para funcionar como agentes autónomos y autodirigidos que pueden percibir su entorno, tomar decisiones y actuar para alcanzar objetivos específicos. Más aun, al interactuar dinámicamente con su entorno, aprenden de la experiencia y ajustan su comportamiento para lograr esos objetivos. La única parte donde hay personas es en la definición de los objetivos, es decir, en el diseño del plan estratégico.

Para entenderlo bien. Pensemos en agentes inteligentes de bancos que evalúan solicitudes de crédito, cruzan datos con agencias clasificadoras de riesgo, verifican documentos y aprueban o rechazan préstamos en segundos. O agentes en el retail que ajustan precios y lanzan promociones dinámicamente. O agentes en el sector salud que gestionan el cruce de datos entre aseguradoras, hospitales y farmacias para agilizar autorizaciones médicas. O agentes en logística que coordinan envíos, ajustan rutas según tráfico, clima y demanda, y optimizan entregas. Y todo esto sin intervención humana.

Como consecuencia, estamos hablando de que una organización con agentes de IA no solo automatiza tareas, sino que opera con una agilidad imposible de alcanzar con equipos humanos. En una empresa tradicional, tomar decisiones lleva días o semanas. En una empresa con agentes de IA, las decisiones se toman y ejecutan en segundos y la velocidad de innovación se multiplica, usando como insumo el análisis instantáneo de grandes volúmenes de datos de mercado.

¿Ha escuchado hablar de Waymo? En simple, el Uber de los automóviles autónomos, creado por Alphabet. No solo el servicio mismo no incluye seres humanos, sino que los procesos organizacionales están altamente automatizados. Y el año pasado creció a tasas exponenciales. Lo que podemos anticipar con esto es que serán las propias empresas desarrolladoras de la IA las que fundarán nuevas empresas, totalmente manejadas con agentes de IA, e irrumpirán en las industrias financiera, de alimentos, retail, logística y salud, por mencionar algunas.

Nada de esto se hablará en las juntas de accionistas, pero estará en el trasfondo de todo.

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