Rodrigo Aravena

Una nota de cautela 

Rodrigo Aravena Economista Jefe Banco de Chile

Por: Rodrigo Aravena | Publicado: Miércoles 13 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Rodrigo Aravena

Rodrigo Aravena

En columnas que escribí algunos meses atrás destaqué la existencia de señales mixtas en la economía chilena, dada la lentitud del mercado laboral frente a la aceleración en el crecimiento del PIB y la mejora en expectativas. Creo que la información conocida recientemente, sobre todo el último mes, justifica poner una nota de cautela a nuestra economía y reconocer que el deterioro en el escenario de crecimiento no es menor.

Imagen foto_00000001

El crecimiento de 2,6% en el Imacec de diciembre, que conocimos la semana pasada, vino a confirmar dos cosas: que el país habría crecido 4,0% en 2018 (lo digo en términos condicionales, ya que el resultado final será publicado en marzo) y, además, que la actividad se ha debilitado algo más de lo esperado. Si bien la cifra anual es la mayor desde 2013, hay que mirarla con mucho detalle, ya que fue simplemente el promedio de un muy buen inicio de año, que compensó el deterioro observado al cierre.

Más allá de que el crecimiento anual haya caído desde casi un 5% el primer semestre a un 3% el segundo (que estuvo afectado por la baja base de comparación de un año atrás, debido a la huelga de Escondida), creo que lo realmente destacable es la caída en la velocidad de crecimiento desestacionalizado (es decir, aislando los efectos de una base de comparación), desde cifras cercanas a 4,5% en mayo a cerca de 3% los últimos meses. Quizás más relevante aún es la desaceleración en la actividad no minera, que de alguna manera captura de manera más limpia el impulso a nivel subyacente del crecimiento del PIB, sobre todo en el consumo privado. Esta cifra cerró el año creciendo cerca de 3%.

Así, creo que no es descartable ver ajustes en las expectativas macro para 2019. Uno de ellos se relaciona con el crecimiento económico. Dado que la desaceleración del cierre del año deja la pista algo más pesada para llegar al 3,5% que espera el mercado, alcanzar dicha cifra implica una aceleración en el margen, por lo que no descarto un crecimiento inferior. Una fuente adicional de ajuste estaría relacionada con las tasas de interés, debido a las diferencias entre el escenario que presentó el Banco Central en diciembre respecto del actual, principalmente con un crecimiento que se ubica en el piso del rango estimado (lo cual asume una diferencia importante en la cifra que esperaban para el último trimestre), con una inflación también más baja.

Si a lo anterior añadimos elementos externos como el tono más expansivo de la Fed en EEUU y el debilitamiento de la actividad manufacturera en prácticamente todo el mundo (y por ende en las expectativas de crecimiento global), es muy probable que el IPoM de marzo internalice este escenario y adelante un proceso mucho más gradual de alzas de tasas. Es más, incluso podría ser que las alzas se posterguen hacia 2020. Por ahora, creemos que habría espacio para subir a 3,25%, pero no mucho más que eso.

Así, no tengo duda de que este año estaremos prestando mucha atención a la evolución del crecimiento económico. Pero no podemos perder de vista que, finalmente, estamos creciendo a tasas cercanas a la tendencia de largo plazo de Chile. Por lo tanto, más allá de la discusión sobre si el Central sube una o más veces la tasa de interés este año, paralelamente no hay que perder de vista la discusión sobre las políticas que se requieren para impulsar sostenidamente el crecimiento, más aún cuando existen discusiones relevantes pendientes, en áreas como tributaria y laboral, por citar dos.

Lo más leído