Sergio Lehmann

Duro golpe al mercado de capitales

Sergio Lehmann Economista jefe Banco Bci

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Jueves 4 de noviembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Un mercado de capitales robusto es esencial para dar sustento al crecimiento económico. La evidencia global es contundente en dar cuenta de que el desarrollo económico exige un mercado de capitales profundo, entendiendo que es una fuente fundamental de financiamiento de la inversión y, por tanto, del crecimiento de largo plazo.

De manera irracional, buscando un beneficio electoral, el Congreso ha asestado golpes sistemáticos al mercado de capitales, aprobando ya el retiro de en torno a US$ 50 mil millones de fondos de pensiones, equivalente al 15% del PIB de Chile. Y aún más sorprendente, a algunos parlamentarios ese monto les parece todavía insuficiente.

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Como resultado de tal irresponsabilidad, no sólo se ha comprometido un enorme monto de recursos públicos de modo de asegurar pensiones mínimas para los futuros jubilados, sino que además se ha reducido dramáticamente la participación de las AFP en el mercado financiero, particularmente de renta fija, dejándolo prácticamente seco. En efecto, han debido liquidar casi US$ 30 mil millones, que representa un monto muy significativo del mercado total. Además, frente al riesgo que implican nuevos retiros, las administradoras han favorecido posiciones de corto plazo, que puedan ser rápidamente liquidadas de forma de responder a los afiliados.

Esto ha llevado a alzas abruptas en las tasas de interés, especialmente de más largo plazo. De hecho, hoy vemos que las tasas a 10 o 20 años plazo están en su nivel más alto en más de una década, a pesar de que a nivel global se mantienen excepcionalmente bajas. Esto refleja de forma inequívoca de un impacto producido por decisiones irresponsables en el país.

El efecto económico y social de este ajuste en tasas es potente. Destaca el alza experimentada por las tasas de créditos hipotecarios, que se anclan en las tasas bases de la economía, precisamente esas que han subido con especial fuerza en lo último. Ello advierte que el sueño de la casa propia va a ser lamentablemente más esquivo para una fracción relevante de las familias en Chile. Pero también aumenta el costo de financiamiento de nuevas inversiones en todos los sectores, llevando a un menor crecimiento. Antes del estallido social se anticipaba un potencial de largo plazo de 3,5%. Esta cifra se rebaja casi un punto producto del deterioro en confianza y debilitamiento de la institucionalidad que se produjo a fines de 2019.

La caída se ha agudiza en los últimos meses, otro punto porcentual de menor crecimiento, ante los golpes reiterados que ha recibido el mercado de capitales y el mayor riesgo del país. Ello hace que la aspiración de que alcancemos el desarrollo, que se veía posible de aquí a los próximos 20 años, recién se reconozca admisible hacia la segunda mitad del siglo, bajo la condición de que no continuemos dañando los fundamentos económicos.

¿Nos podremos recuperar de este golpe que nos ha dejado algo mareados? La respuesta depende de que lo que hagamos en lo próximo. Pero de cualquier manera, recuperar la confianza es siempre lento y trabajoso. Requiere ser sistemáticamente responsables, respetar la institucionalidad y entregar señales de estabilidad. Por de pronto, es clave que las voces que siguen pregonando por un cuarto retiro de fondos, aun con ajustes en el muy destructivo proyecto, se vayan apagando. Nunca es tarde para retomar la mirada de largo plazo, que vele efectivamente por un mayor bienestar social, dejando de lado cálculos egoístas y altamente costosos para el país.

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