Columnistas

Sobre ballenas y bañarse desnudo

José Manuel Silva Director de Inversiones de LarrainVial Asset Management

Por: José Manuel Silva | Publicado: Martes 28 de marzo de 2023 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

José Manuel Silva

La casa de estudios macroeconómicos, Gavekal, dice que los ciclos de alzas de tasas de la Fed se asemejan a salir a pescar con dinamita. Primero salen a flote los peces pequeños, luego unos intermedios, para terminar con ballenas flotando. Ello, como fruto del retiro de la liquidez que estas conllevan y que, muchas veces, pilla a contrapié y con excesivo endeudamiento a hogares, empresas, bancos y países. A eso se refiere también el multimillonario estadounidense Warren Buffet cuando señala que “sólo cuando baja la marea nos daremos cuenta de quién se estaba bañando desnudo”.

La quiebra del Sillicon Valley Bank y los pedidos de auxilio del First Republic y Crédit Suisse, hacen pensar si este ciclo de alzas de tasas, que se inició por la inflación, no está llegando a su fin. ¿Cuántas ballenas más necesita la Fed?

“La quiebra del Sillicon Valley Bank y los pedidos de auxilio del First Republic y Crédit Suisse hacen pensar si este ciclo de alzas de tasas, que se inició por la inflación, no está llegando a su fin. ¿Cuántas ballenas más necesita la Fed?”

Bajo la capa de optimismo macroeconómico, las termitas de la iliquidez carcomían los pilares de aquellos bancos pequeños y medianos que han captado billones de dólares en depósitos desde el Covid e invertido buena parte en la más segura de las inversiones, los bonos del tesoro norteamericano. Estos han tenido una estrepitosa caída en sus precios al subir la tasa de interés de casi 0 a 4,5% hoy en día. Es así como el bono del tesoro de cinco años, que en enero del 2021 tenía una tasa de interés de 0,45%, pasó a 1,2% a inicios del 2022 y a 4,24% hace dos semanas. Eso produjo que el 2022 fue el peor año en retorno para el mercado de bonos, el que cayó un 13% según el índice Barclays Aggregate.

Así, la banca norteamericana tiene pérdidas contables no realizadas por la caída en los precios de los bonos, por cerca de US$ 600 mil millones. Justo en un momento en que esos mismos bancos deben incrementar la tasa que ofrecen para retener los depósitos que están huyendo a alternativas más atractivas (fondos de mercado monetario o bonos del tesoro directamente). La rentabilidad de la banca norteamericana caerá.

El mercado ya asumió que la Fed tendrá que cortar su tasa de interés de aquí a doce meses y toda la curva de rendimiento de EEUU se desplazó hacia abajo. El bono del tesoro a cinco años hoy renta 3,47%. Las condiciones de liquidez norteamericanas seguirán apretándose dado que los bancos pequeños y medianos no podrán seguir prestando. Probablemente Estados Unidos estará en recesión hacia el segundo semestre. El déficit fiscal se incrementará, las utilidades empresariales se enfriarán y la incobrabilidad de créditos aumentará.

En paralelo, el gigante chino dio una vuelta en U en relación con el Covid y reabrió agresivamente su economía, positivo para los que viven del turismo chino, para su alicaído sector inmobiliario y para los proveedores de materias primas a la potencia asiática. Los días del súper dólar que subía frente a todas las monedas están contados. Su depreciación es buena noticia para los precios de materias primas y para los mercados emergentes.

Incrementaríamos ambos en las carteras, con énfasis en Asia emergente y Latinoamérica. Para los más arriesgados, una cartera de bonos locales de mercados emergentes debería estar en sus portafolios. En el portafolio global bajaría riesgo, subiría la duración en renta fija y evitaría las ballenas asesinas y los bañistas desnudos.

Lo más leído