Índice de la Miseria: causas de fondo
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Recientemente Clapes UC dio a conocer los resultados para octubre del Índice de la Miseria para América Latina. Dicho indicador permite aproximarse de manera indirecta a la falta de bienestar de un país, puesto que combina los resultados de inflación y desempleo, dos de los flagelos económicos más relevantes de la sociedad, sobre todo para los más vulnerables.
Los resultados de octubre dan un pequeño alivio a Chile, y responden en gran medida a que dicho mes la inflación en doce meses continuó su tendencia a la baja (12,8%), luego del peak de 14,1% registrado en agosto. Por el lado del desempleo, octubre pasado dio cuenta de una tasa desestacionalizada de 8%, levemente más alta que el 7,9% registrado en septiembre.
Los apoyos monetarios poco y nada contribuyen a atenuar la inflación y el desempleo, las dos principales variables de este índice.
Lamentablemente, por ahora, dicho alivio no sería sostenible en el tiempo y probablemente no recuperemos pronto el liderazgo abruptamente perdido en la región. Por una parte, la inflación anual para noviembre revirtió su tendencia, volviendo a superar el umbral de 13%, (13,3%). Las recientes cifras en materia de empleo, por otra, muestran a noviembre un incremento del desempleo desestacionalizado a 8,2%.
Además del empeoramiento de ambos indicadores, se registra una precarización tácita, pues la inflación estuvo empujada por un fuerte incremento de la canasta básica de alimentos, que registró un alza anual histórica de 27%. Por su parte, adicional al aumento en el desempleo, la leve alza en formalidad registrada se explicaría, de acuerdo con el OCEC de la UDP, por trabajos de carácter estacional en los sectores agropecuario-silvícola y el comercio, por lo que la mantención de esta tendencia es aún incierta.
La tentación a entregar apoyos monetarios en contextos económicos recesivos como los que se aproximan es enorme. Sin embargo, ellos poco y nada contribuyen a atenuar los dos flagelos de los cuales depende el Índice de la Miseria. Urge reenfocar la discusión hacia crecimiento económico y creación de empleo formal permanente, elementos que por ahora tienen escasa presencia en el discurso gubernamental.
