Hoy se conmemoran cuarenta años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, un hecho que no sólo divide la historia del país en un antes y un después de esa jornada, sino que, sobre todo, sigue dividiendo a los chilenos pese a haber transcurrido cuatro décadas.
Durante las últimas semanas, aquellos que vivieron esos hechos y quienes nacieron con posterioridad a 1973 (que algunos cifran en 10,5 millones de chilenos) han podido ver reeditadas las imágenes de los acontecimientos políticos que derivaron en el quiebre institucional, y conocer además el testimonio de sus protagonistas, así como el detalle de que ocurrió con posterioridad.
No obstante lo anterior, la última encuesta Bicentenario UC-Gfk Adimark constató que un 49% de los chilenos cree que es tiempo de dar vuelta la página en este tema y no seguir enfrentándose, cuestión que si bien no significa olvidar, sí supone asumir que a estas alturas, con varias décadas de por medio, es muy difícil que las diversas visiones de los hechos confluyan en una. En especial, porque es propio de la democracia aceptar que las personas tienen derecho a pensar distinto, dado lo que son sus experiencias vitales y convicciones.
La misma encuesta aporta otro elemento de reflexión relevante: que un 43% de los jóvenes entre 18 y 24 años no creen que sea pertinente dar vuelta la página. Dicha generación, que tendrá un rol determinante en los próximos cuarenta años, tiene derecho conocer los hechos y formarse una opinión, pero sobre todo tiene el desafío de desenvolverse en una lógica de encuentro que les permita encarar unidos el futuro de Chile.