Seguro de cesantía revela alta exposición al desempleo en trabajadores a plazo fijo en época de crisis

Por j. C. Prado / P. Ojeda



Más de 300 mil trabajadores con contratos a plazo fijo, obra o faena sufrieron la pérdida de empleo en los episodios más críticos de la crisis subprime que se desató entre 2008 y 2009. Según cifras de la Superintendencia de Pensiones en septiembre de 2008, 1.250.273 personas cotizaban en el seguro de cesantía y sólo un año después, eran 941.277 personas las que bajo esa modalidad de contrato seguían cotizando en ese mecanismo.

Esa cifra coincidió con los números más altos de desempleo de los últimos años: en los trimestres móviles de abril a junio y de junio a agosto el desempleo se movió entre un 11,5% y un 11,6%.

Por ello, en un nuevo contexto de crisis conviene mirar con atención estas cifras, dado que es un parámetro para analizar cómo reaccionan los sectores económicos al momento de ajustar su estructura de costos, dado que la evidencia pasada muestra que son los empleados por obra los que se ven más perjudicados.

A juicio de Andrea Repetto, economista y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez y ex presidenta de la Comisión de Usuarios del Seguro de Cesantía, “pareciera que los contratos temporales son los que las empresas utilizan como espacio para ajustarse. Al menos ello es lo que sugiere el comportamiento del número de cotizantes del Seguro de Cesantía de acuerdo al tipo de contrato. Por ejemplo, previo a la crisis (enero del 2008) había cerca de 1.6 millones de trabajadores cotizando bajo un esquema indefinido, y algo más de 1.3 millones cotizando por un contrato temporal. Desde entonces, el crecimiento mensual del número de cotizantes con contratos indefinidos ha crecido a tasas positivas prácticamente en todos los meses, con contadas excepciones”.

De hecho, las cifras muestran que recién este año los niveles de cotizantes del seguro de cesantía en contratos temporales están alcanzando los niveles pre-crisis subprime con poco más de un millón 300 mil trabajadores bajo ese régimen, lo que se asemeja a los mejores meses de 2008, cuando el total de contratos temporales bordeó esa cifra.

Repetto agrega que “en cambio, durante la crisis del 2008-2009, las empresas no renovaron muchas de estas posiciones laborales y detuvieron su contratación de trabajadores con contratos temporales. A septiembre del 2009 había un 36,5% de menores contratos temporales que en enero del 2008. Recién en noviembre del 2011 se recuperó el número de trabajadores bajo estos contratos”.




“Mercado dual”


Por ello, la experta plantea que actualmente el empleo dependiente en el sector privado pareciera comportarse como un mercado “dual”, dadas las garantías que tienen los trabajadores con contrato indefinido versus los de contratos temporales.

“Es natural que algunos sectores contraten por un plazo fijo, obra, faena o servicio determinado, como la agricultura y la construcción. Sin embargo, estos contratos están extendidos en toda la economía, incluso en los que la naturaleza de la producción no sugiere la contratación temporal”.

Pero además de ser los más perjudicados en materia de desempleo en una empresa al momento de desatarse una crisis, los contratos a plazo fijo o por obra también son fuente de mayor rotación en el mercado laboral.

Además, “perciben salarios inferiores, acceden a menores beneficios en el Seguro de Cesantía, no tienen derecho a indemnizaciones por servicio y no pueden sindicalizarse ni negociar colectivamente, entre otros. Todo ello sugiere que sería importante para la economía y los trabajadores reducir la brecha entre estos tipos de contratos”, explica la economista.

En ese sentido, plantea que, por ejemplo, se podría permitir negociar colectivamente a los trabajadores contratados por plazos superiores a 6 meses y transformar las indemnizaciones por años de servicio a una indemnización a todo evento que cubra a todos los trabajadores.