Editorial

Apoyo tributario a la I+D: una agenda pendiente

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Las diferentes estimaciones dan cuenta del reducido monto de recursos que Chile dedica a investigación y desarrollo (I+D), pese a que sucesivas agendas gubernamentales han comprometido su apoyo, sin que mucho haya cambiado.

Estos escasos resultados se explican debido a que un salto significativo en I+D involucra a lo menos cuatro elementos que deben interactuar en un ecosistema no fragmentado: reducir las brechas de las empresas nacionales con la frontera tecnológica; el desarrollo del ecosistema para la innovación empresarial; aumentar la inversión en capital humano; y consolidar una institucionalidad para la innovación que refleje un acuerdo transversal que no dependa de la administración de turno.

Es probable que el incremento del uso del beneficio tributario sea inferior al estimado por el informe financiero de la reforma.

En relación con el primer punto, la propuesta de reforma tributaria plantea la rebaja del impuesto de primera categoría de 27% a 25%, compensada con un nuevo impuesto denominado “Tasa de Desarrollo”, equivalente al 2% de la renta líquida imponible. En la medida que una empresa realice acciones relacionadas con I+D y otras adquisiciones que vayan destinadas al incremento de su productividad, el pago de este nuevo impuesto se reduce, pudiendo llegar a cero si se cumple una serie de condiciones.

Para ello, se modificaría la ley N° 20.241, de incentivo tributario a I+D, triplicando el monto máximo el tope del crédito tributario, desde 15.000 UTM, equivalente a unos $873 millones, hasta 45.000 UTM, esto es cerca de $2.600 millones y se incorpora un incentivo mayor a los proyectos de I+D que tengan un impacto medioambiental positivo directo. Estas modificaciones van en la dirección correcta.

Sin embargo, es probable que el incremento del uso del beneficio tributario sea inferior al estimado por el informe financiero, esto es la mitad de las compañías vigentes, ya que iniciar un proyecto de I+D involucra capacidades habitualmente presentes en empresas grandes, que hoy son las principales usuarias del mecanismo. Este uso del incentivo, inferior al proyectado por la autoridad, llevará a que la mayoría de las empresas siga pagando prácticamente la tasa de impuesto de 27%, ya que no realizarán ninguna actividad de I+D que les permita reducir el impuesto de primera categoría.

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