Advierten que transitoriedad de la Ley de Cuotas podría conspirar contra su eficacia

En las elecciones parlamentarias que se desarrollan, junto con las presidenciales y de consejeros regionales, el próximo 19 de noviembre, debuta la especialmente valorada Ley de Cuotas. Sin embargo, quienes la promueven y destacan los beneficios que le puede traer a la política, en general, no dan cuenta de una característica importante de la normativa: sólo se aplicará a partir de este proceso electoral y hasta el de 2029, es decir, es transitoria.

Según el artículo 23 transitorio de la Ley 20.840 -que “sustituye el sistema electoral binominal por uno de carácter proporcional inclusivo y fortalece la representatividad del Congreso Nacional”-, “la regla especial del artículo 3º bis, inciso quinto, sólo tendrá aplicación en los procesos electorales parlamentarios de 2017, 2021, 2025 y 2029”.

El artículo al que alude establece que “de la totalidad de declaraciones de candidaturas a diputado o senador declaradas por los partidos políticos, hayan o no pactado, ni los candidatos hombres ni las candidatas mujeres podrán superar el sesenta por ciento del total respectivo. Este porcentaje será obligatorio y se calculará con independencia de la forma de nominación de las candidaturas”.

A juicio del decano de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Central, Marco Moreno, esta fórmula que expira en 2029, podría conspirar contra el espíritu de la normativa, ya que “si esto va a ser flor de un día y no va a haber voluntad política para mantenerlo en el tiempo, es probable que no se alcance el objetivo esperado”.

Ello, porque “para emparejar la cancha y dar condiciones de equidad se requiere que las políticas públicas, como ésta, sean permanentes”, argumentó Moreno. Y añadió que incluso la normativa se debería perfeccionar para que no quede reducida a presentar listas con mujeres para cumplir con el requisito exigido, sino también para “mejorar la calidad de la representación”.

En cifras, la puesta en marcha de la ley generó un notorio aumento. Si en promedio entre el ‘89 y 2013 el porcentaje de mujeres que postuló al Senado fue de 11,02% (51) y de electas 8,55% (13), en esta elección llegó a 40,9% (54). En la Cámara fue un efecto similar: el promedio de postulantes femeninas en el mismo período fue de 15,42% (449) y de electas 11,67% (98); para esta elección subió a 41,36%, 397 postulantes.