Pérdida de recursos hacia paraísos fiscales permitiría vacunar cinco veces a toda la población chilena

Entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le han declarado la guerra a los denominados paraísos fiscales, entendidos como jurisdicciones con baja o nula tributación y un alto nivel de opacidad respecto a los estándares de intercambio de información con las autoridades tributarias.

Muestra de lo anterior es el acuerdo global para establecer una tasa mínima de tributación corporativa, para evitar que las compañías muevan sus recursos hacia legislaciones laxas en materia impositiva.

Pese a que el mundo, Chile incluido, ha tomado medidas para evitar la fuga de platas hacia dichas jurisdicciones, el flujo se ha mantenido constante en lo más reciente, con millonarios montos.

Así lo revela un informe elaborado por la ONG pro transparencia tributaria Tax Justice Network, que calcula las pérdidas en ingresos estatales que provocan los paraísos fiscales.

Acorde al análisis, este año Chile dejaría de recaudar US$ 1.738 millones debido al traslado de beneficios hacia otras jurisdicciones más laxas en materia de impuestos, lo que equivale a un 3,8% de los ingresos impositivos del país y un 0,6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Las cifras se desglosan en US$ 1.549 millones producto de abusos de las normas tributarias por parte de las empresas y US$ 189 millones por el traslado de patrimonio hacia sociedades offshore.

Para hacerse una idea, según Tax Justice Network, esta pérdida es mayor que el 2,8% de promedio global y del 3,4% para América Latina, equivale a US$ 95 por habitante en el país y los recursos servirían para vacunar a más de 100 millones de personas con su esquema completo contra el Covid-19. O sea, inmunizar más de cinco veces a la población actual del país.

Otra referencia es que la pérdida de recursos públicos representa un 16,2% del presupuesto estatal en el área de salud.

Para llegar a este número, el documento analiza información pública respecto a los ingresos fiscales de cada país, cruzándolos con el desempeño del comercio internacional desde y hacia la nación, para determinar la brecha entre la tributación efectiva y la proyectada tomando como base de que los contribuyentes tributen en el país donde operan y están domiciliados.

Dicho esto, Tax Justice Network identifica a tres socios comerciales como potencialmente riesgosos para la pérdida de recursos fiscales: Paraguay, Bolivia y Perú.

Foto: Bloomberg

Los líderes globales

El documento da cuenta que en términos globales, se pierden cada año US$ 483.000 millones en ingresos fiscales producto de operaciones con paraísos fiscales, traslado de beneficios hacia legislaciones de baja tributación y el abuso de normas impositivas de partes de las corporaciones transnacionales.

Reino Unido es la jurisdicción que mayores montos explica del total, con US$ 52.000 millones perdidos, los cuales representan 1,9% de su Producto, recursos con los que podría vacunar totalmente cuatro veces a su población. Más atrás se ubican Alemania y Francia, con US$ 43.726 millones y US$ 41.336 millones, respectivamente.

Del monto total, US$ 312.000 millones se explican por el traspaso de ganancias empresariales hacia territorios de baja o nula tributación, mientras que los restantes US$ 171.000 millones derivan de abusos en las normas de tributación del patrimonio a través de sociedades offshore en el exterior.

El Reino Unido y sus territorios dependientes explican un tercio de la pérdida de tributación a nivel corporativo, mientras que los países de la OCDE son responsables de siete de cada diez dólares que no pagaron impuestos en la jurisdicción que les correspondía. Respecto a la riqueza en sociedades offshore, la proporción aumenta a la mitad en el caso del Reino Unido y nueve de cada diez dólares para el caso de los integrantes de la OCDE.

El monto que dejan de recaudar las administraciones fiscales, según Tax Justice Network, permitiría vacunar a toda la población mundial tres veces contra el Covid-19.

La ONG recomienda a los gobiernos tres medidas para revertir este panorama: primero, introducir impuestos a las utilidades en exceso generadas por las empresas durante la pandemia y que sean producto de las restricciones a la operación de sus competidores; la creación de impuestos al patrimonio progresivos y efectivos para los contribuyentes de más altos ingresos; y dar un vuelco en el diseño de políticas fiscales a nivel global, pasando desde un enfoque hoy centrado en la OCDE hacia uno que considere las medidas recomendadas por las Naciones Unidas.