Tal y como lo es´peraba el mercado, por onceavo mes consecutivo, el Consejo del Banco Central de Chile (BCCh) mantuvo la tasa de política monetaria (TPM) en 3,5%. En su su comunicado, el instituto emisor reconoció que tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, "la volatilidad de los mercados financieros aumentó (...) destacando la apreciación del dólar y, especialmente, el aumento de las tasas de largo plazo".
Con ello, notó que "las condiciones financieras para las economías emergentes se deterioraron, aunque siguen siendo mejores que a comienzos de año".
Y aunque aseguró que el Imacec de octubre y sus perspectivas "no muestran grandes novedades", reconoció que dichos indicadores "aún no recogen los posibles efectos de los eventos recientes".
En el plano inflacionario, reconoció la sorpresa por la variación de sólo un 0,2% del IPC en octubre, llevando al acumulado anual a un 2,8%.
"A plazos cortos las expectativas de inflación se han reducido, pero a fines del horizonte de proyección se ubican en torno a la meta", enfatizó.
Tras la decisión de la entidad, Banco Santander Chile destacó que "si bien la inflación convergió hacia el centro del rango meta y las expectativas se han ajustado de modo más rápido al previsto en el escenario base del BCCh, el acontecer internacional (fortalecimiento del dólar, incremento de tasas, y aumento en el precio del cobre) ha cambiado el entorno macroeconómico".
Con ello, reconoció que las posibilidades de un recorte en la TPM "ha perdido fuerzas". "En contrapartida, se ha visto fortalecida la opción de observar una tasa plana en 3,5% durante todo o gran parte de 2017".
En tanto, Bci notó que la decisión del insitituto emisor matuvo el sesgo neutral, y dijo que "incide en esta postura de cautela, la alta volatilidad y ajustes en mercados financieros que se han derivado del resultado de las elecciones en Estados Unidos".
Sobre la inflación, apuntó que la entidad liderada por Rodrigo Vergara "advierte de la nueva sorpresa inflacionaria a la baja del mes de octubre" y avisoró que "una vez que se despejen las principales incertidumbres en el plano externo, dada la rápida caída que ha experimentado la inflación, el Banco Central tendría el espacio para introducir un mayor estímulo monetario", mediante un recorte en la TPM que se materializaría "durante el primer trimestre de 2017".
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