El presidente de fundación Generación Empresarial y también director de firmas como Embotelladora Andina y BBVA, Gonzalo Said, apunta a que la falta de ética es un problema que aqueja a toda la sociedad.
Pese a ello confía en que los empresarios pueden recuperar su reputación en el mundo de los negocios, pero con un fuerte compromiso hacia las acciones éticas y la comunicación de sus avances tras estos escándalos de colusión o fraudes económicos.
-Desde su perspectiva, ¿cuál es el efecto de casos de colusión como el del papel tissue, en la reputación de las empresas y en particular de la CMPC?
-Como en cualquier escándalo empresarial, el efecto es muy perjudicial, ya que por unos pocos se afecta la imagen de todos. Pero ya no es tiempo de llorar sobre la leche derramada, sino de actuar con convicción y consciencia de la importancia de hacerse cargo de los temas éticos en las compañías. Los temas de libre competencia forman parte fundamental de este espectro. También debemos valorar que las instituciones como la FNE funcionen, que el sistema de delación compensada haya operado como se esperaba y que, por este mecanismo las empresas involucradas hayan entregado toda la información necesaria para llegar a la verdad.
-¿Qué acciones pueden tomar las compañías para recuperar su imagen y la confianza de los consumidores?
-Lo principal es dejar el silencio y comunicar los avances en esta y otras materias. El secretismo, las puertas cerradas, los silencios eternos pasaron de moda. Desde el empresariado debemos tomar acciones que den señales claras de que estas situaciones irregulares merecen el máximo repudio, condenarlas públicamente. En paralelo, analizar nuestros gobiernos corporativos, el compromiso con las buenas prácticas.
-¿Son suficiente las multas y/o sanciones que establece hoy la ley para casos de este tipo? Porque de cara a la opinión pública queda una sensación de impunidad, sobre todo cuando hay una empresa que se exime de la pena...
-Es completamente razonable la sensación de impunidad con que queda la opinión pública. Pero hay que decir dos cosas: que la delación compensada ha demostrado ser, a nivel global, el único mecanismo eficiente para desbaratar carteles, con lo cual, que el que se autodenuncie primero quede eximido de toda pena, aunque suene muy injusto, es en realidad el único camino en estos casos. Por otro lado, es cierto que hay que fortalecer las sanciones para el resto de los actores, no podemos permitir que haya impunidad.
-¿Internamente son suficientes un código de ética y un manual de libre competencia para evitar estos actos? ¿Qué otras acciones se pueden tomar?
-Los códigos de ética y manuales de libre competencia son solo adornos si no se gestionan adecuadamente. Se requiere compromiso con estos temas al más alto nivel de la organización.
- Parte de estas actitudes son realizadas por ejecutivos ¿es necesario cambiar el modelo de incentivos para disminuir la ocurrencia de estos casos?
-Sin duda. Los incentivos deben ir alineados con lo que la empresa espera de sus colaboradores, deben tener el foco en la rentabilidad pero también en el comportamiento ético.
-Desde el punto de vista ético, ¿un ejecutivo puede recuperar su posición en el mundo empresarial?
-Estoy convencido de que es posible en la medida en que se den señales claras, contundentes y reales de que estos episodios se están tomando en serio y de que se están ejecutando acciones efectivas para prevenir y/o detectar oportunamente situaciones irregulares.
-Cuando ocurrió el caso La Polar se dijo que era más fácil que se incurriera en ilícitos porque no tenía controlador, pero en el caso actual sí existen ¿Qué responsabilidad tienen los dueños en estos actos?
-Los dueños deben dar, permanentemente, señales claras de que estos temas son importantes para la empresa y de que no se tolerarán transgresiones ni fallas éticas. Las acciones aisladas o esporádicas sirven de poco. Las empresas son dinámicas y es fundamental que los directorios y controladores estén atentos a cómo van mutando y de qué manera se abren nuevas ventanas para delitos y transgresiones. El prevenirlas y detectarlas a tiempo es también su responsabilidad.
-A su juicio, ¿qué está pasando en el país que luego los escándalos de las farmacias, La Polar, colusión avícola, entre otros, hemos seguido viendo nuevos episodios y con mayor nivel de sofisticación?
-Desde Generación Empresarial tenemos varios diagnósticos: lo primero es que la ética, dejó de ser, a nivel social y cultural, un tema importante, central, nuclear. Por otra parte, las sociedades y los grupos humanos como son dinámicos van mutando rápidamente, y, por supuesto, los delitos también. Estos se van sofisticando y complejizando, adquieren nuevos formatos y herramientas. Con delitos más complejos y sofisticados, las herramientas de prevención y detección temprana deben estar a la altura.
- ¿Qué rol juegan organizaciones como Generación Empresarial para frenar o disminuir este tipo de acciones ilícitas? Todo esto a la luz de que se trata de una organización que nació antes del caso Chispas, y ha conocido todos estos casos...
-Nuestra misión es generar consciencia de la importancia de la ética a nivel social y empresarial, pero también impulsar acciones concretas al interior de las empresas, que permitan hacerse cargo de manera eficiente de estos temas. Hay compañías que tienen un compromiso férreo con estas materias, pero falta crear consciencia en muchas otras. Nuestra esperanza es que de estas lamentables situaciones salga un aprendizaje valioso en ese sentido.
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