La tienda Mundo Música de la Galería Crowne Plaza era una de las pocas que aún seguía funcionando sin parar, desde su llegada en 1994. Eso cambió el viernes pasado -en medio de las manifestaciones en Plaza Baquedano y del incendio que afectó a la Iglesia San Borja- cuando una turba de encapuchados ingresó por la entrada lateral del centro comercial, ubicada en Plaza de Carabineros.
Sólo quedaron vidrios rotos, que daban cuenta del nivel de desastre ocasionado en el edificio. Muchos de los locales ya estaban vacíos por el bajo flujo de ventas que ha afectado al sector desde el inicio de la crisis, pero aún así sus mobiliarios fueron destruidos.
Osvaldo Parraguez, dueño de Mundo Música, fue ayer nuevamente a sacar lo poco y nada que quedó del local, junto a su hija Margarita. Ambos estiman una pérdida en torno a los $ 25 millones, traducidas en artículos de audio, guitarras y amplificadores.
Orlando Parraguez, dueño de Mundo Música, junto a su hija Margarita, observan la destrucción de la tienda.
“Quedamos de brazos cruzados. Esto fue un golpe total, porque todo nuestro capital estaba aquí. Pero así como hemos pasado varias épocas críticas, volveremos a levantarnos como sea”, reconoce Parraguez.
Margarita agrega que “la corredora vino el sábado y nos dijeron que los dueños de la galería daban por perdidos enero y febrero”. Explica que las razones para manifestarse las comparten, pero “el vandalismo que vino después no tiene nada que ver con lo que se está solicitando al gobierno”.
El día de los saqueos, Giancarlo Anziani, dueño de otro local en la galería, avisó al resto de arrendatarios del saqueo. No obstante, destaca que esta “es una batalla todos los días, no sólo ahora por el incendio de la Iglesia. Lo del viernes, sin embargo, escapa de toda lógica”.
La fachada del Hotel Crowne Plaza, a pasos de Metro Baquedano.
Según Anziani, habitualmente cuando es día de conflicto -principalmente viernes por mayor convocatoria-, Carabineros llega con un contingente de al menos cinco buses de Fuerzas Especiales, cuatro zorrillos y dos carros lanza aguas”. Sin embargo ese día sólo llegó un carro.
“No se condice con el 16 de diciembre cuando se copó Plaza Baquedano de Carabineros, sin haber ningún tipo de convocatoria masiva”, agrega Anziani.
Los perímetros de la zona se han transformado en veredas desmanteladas, rayados en los muros, falta de semáforos y locales cerrados, tapizados entre latones, rejas y acero. Ya no hay rastro de locatarios, de bancos, locales de comida o comercio.
En la vereda norte, frente a la Galería y el Hotel Crowne Plaza, sólo tres locales se encuentran funcionando: la Caja de Compensación La Araucana, el preuniversitario Pedro de Valdivia y la Librería Centro.
Las veredas cercanas a Plaza Baquedano están completamente destruidas.
Juan Carlos González, dueño de este último, cuenta que el flujo de visitas de clientes ha descendido un 80%. “Como ya no hay banco ni farmacias, la gente se encierra porque a muchos les da miedo. ¿Para qué van a pasar por acá si el piso está en pedazos?”.
Agrega que “el Presidente Piñera se adelantó al decir ‘estamos en guerra’, porque en este sector ahora sí hay guerra. Antes había más conversación, la gente venía a cantar, cacerolear con alegría, pero eso se acabó. Estaban sólo con pañuelos, ahora van con hondas para atacar”, cuenta González, quien enfatiza en que “esta cuadra ya murió” y que está buscando otro lugar, “porque aquí ya no se puede estar”.
La rutina de los escasos locatarios que persisten en mantener su negocio en la zona cero ya está interiorizada: intentar vender lo que se pueda antes de las 15:00, ya que después de esa hora todo se transforma. La gente desaparece de las calles y el constante enfrentamiento entre Carabineros y manifestantes encapuchados comienza.
Juan Carlos González, dueno de Librería Centro: una de las pocas que sigue funcionando.
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