El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enviará al Congreso esta semana una propuesta para equilibrar el presupuesto federal en diez años, a través de recortes a los gastos discrecionales y de seguridad social. Y se espera que el gasto federal en infraestructura sea sustancialmente menor que lo que comprometió en la campaña.
La propuesta amplía el borrador que envió la Casa Blanca al Congreso en marzo, que incluía recortes por US$ 54 mil millones en el gasto doméstico durante el próximo año fiscal.
El plan, que será presentado mañana martes, contempla el recorte de gastos en una serie de programas sociales, afirmó un funcionario del gobierno a Bloomberg.
Además del recorte de gastos, uno de los aspectos más llamativos del proyecto es que Trump propondrá el desembolso de US$ 200 mil millones en infraestructura para la próxima década, de acuerdo con otro funcionario gubernamental que también conversó con Bloomberg.
La cifra se ubica muy por debajo del US$ 1 billón que había comprometido en su campaña para modernizar las carreteras, puentes, aeropuertos, red eléctrica y sistemas de agua.
La intención es que esos US$ 200 mil millones sirvan de incentivo para generar al menos US$ 800 mil millones adicionales en inversiones por parte del sector privado y los gobiernos locales y estatales, agregó el funcionario.
Hasta ahora, el mandatario había sido vago sobre cuánto gasto provendría del gobierno federal.
Menor ayuda externa
El presupuesto también incluirá detalles sobre las propuestas de Trump para reducir la ayuda externa. También podría entregar pistas sobre sus planes para recortar impuestos.
El Washington Post reportó que el presupuesto incluirá fondos para un programa que entregará a los padres seis semanas de licencia pagada después del nacimiento o adopción de un hijo, lo que costaría cerca de US$ 25 mil millones al año.
Lo que está claro es que Trump aplicaría recortes de presupuesto históricos en casi todas las agencias y programas del gobierno, reformulando las prioridades de su administración para impulsar el gasto en defensa y seguridad.
Resistencia en Congreso
Pese a que el gobernante partido republicano controla ambas cámaras del congreso, es probable que el plan enfrente una dura oposición de los parlamentarios tantos demócratas como republicanos, quienes se resistirán al recorte de programas.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, dijo la semana pasada que espera que el Congreso ignore las peticiones de Trump de reducir la ayuda externa y el financiamiento del Departamento de Estado.
Entretanto, los representantes demócratas han advertido que cualquier intento por aprobar los recortes propuestos provocaría un cierre del gobierno en octubre, cuando empiece el nuevo año fiscal.
Como parte del plan, la administración Trump está calculando que el crecimiento anual del Producto Interno Bruto de EEUU llegue a 3% a 2021. Eso se ubica por encima del 1,9% que proyecta la Oficina de Presupuesto del Congreso.
“Creo que una meta de crecimiento del PIB de 3% o más es alcanzable si hacemos reformas históricas tanto en impuestos como en regulación”, aseguró el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ante el Congreso la semana pasada.
El presupuesto contendría además detalles de la propuesta de Trump de reformar el código tributario. Según expertos, para equilibrar el presupuesto en diez años, el plan tendría que asumir que las rebajas de impuestos son compensadas por la eliminación de deducciones y exenciones que la administración aún no especifica.
La propuesta que entregará el presidente esta semana es el punto de partida del presupuesto que será elaborado por el Congreso.
GIRA POR ISRAEL Y EUROPA
Cuando su propuesta de presupuesto comience a ser debatida en el congreso, el presidente de EEUU, Donald Trump, estará de gira por Israel, Bélgica e Italia. El mandatario visitará las oficinas de la OTAN, en una señal de compromiso ante sus aliados, y participará de la cumbre del G7.
Otra de las prioridades en la agenda de Trump es reformar el sistema de salud implementado por el expresidente Barack Obama, conocido como Obamacare. La Cámara de Representantes enviará al senado el proyecto aprobado a principios de mayo en algunas semanas, adelantó el vocero de la cámara baja, Paul Ryan. Según Ryan, el retraso se debió a "un exceso de precaución" hasta que la Oficina de Presupuesto del Congreso entregue sus conclusiones sobre cuánto costará el proyecto y su impacto en la cobertura de los seguros de salud.
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