Los
niveles de inmigración dentro de la UE han disminuido desde la crisis
económica mundial, aunque todavía hay demanda de mano de obra extranjera
cualificada en algunos países europeos, sobre todo en los sectores de
la salud y la educación.
Éstas son algunas de las conclusiones
de un informe publicado hoy por la Organización Internacional de las
Migraciones (OIM), que apuntó que, aunque la recesión global ha tenido
un "impacto significativo" en los inmigrantes, sus "efectos completos
sólo serán visibles en los próximos años".
El estudio, que se
ha basado en el análisis de los 27 países de la UE, además de Turquía,
Croacia y Noruega, advierte de que, a pesar de que los niveles
migratorios han bajado a raíz de la crisis, se mantuvieron positivos en
2009 en países como España, Italia y el Reino Unido.
Asimismo,
señala que el impacto de la crisis en las migraciones no fue "uniforme"
en todos los países de la UE, y que ciertos países experimentaron un
aumento del número de emigrantes, como también es el caso de España,
Irlanda y Reino Unido.
En general, señala el texto, la crisis
ha incidido con mayor crudeza en los inmigrantes provenientes de fuera
de la UE que en los nacionales de países miembros, e ilustra esta
tendencia con cifras:
"Mientras la tasa de desempleo en
inmigrantes nacidos en países de la UE aumentó el 2,8% entre
2008 y 2009, la de oriundos de estados de fuera de la Unión se
incrementó el 5%, casi el doble, durante el mismo periodo".
Esto, dice, puede explicarse por la alta prevalencia de inmigrantes
de fuera de la UE en sectores severamente golpeados por la crisis, como
la construcción y el comercio minorista.
Añade que la
población inmigrante irregular "puede haber aumentado" tras la crisis, y
arguye que se debe más a situaciones específicas, como el limbo en el
que se encuentran quienes han solicitado la extensión del permiso de
trabajo y están a la espera, que a un aumento de los flujos ilegales de
migraciones.
En cuanto a la incidencia según el género, las
mujeres inmigrantes son menos afectadas por el desempleo, ya que ocupan
más puestos en sectores menos perjudicados, como la educación o la
sanidad.
Otros impactos de la crisis incluyen el descenso del
envío de remesas desde algunos países europeos y el recrudecimiento de
la opinión pública hacia los inmigrantes a causa de los altos niveles de
desempleo.
El documento recomienda a las políticas nacionales
y comunitarias que promuevan la movilidad laboral en los planes de
recuperación "si la región quiere ser económicamente competitiva", que
tengan en consideración las tendencias demográficas a corto y largo
plazo, y que ofrezcan mayor protección y apoyo a los inmigrantes.
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