La innovación se construye en red y no todas estamos presentes
Por Denise Blanchard, subgerenta de innovación corporativa en Empresas Iansa #SoyPromociona
Cuando hablamos de innovación, solemos imaginar procesos disruptivos, sesiones de design thinking o el hallazgo de una startup con la solución perfecta para nuestros desafíos. Sin restar valor a esas vías, muchas veces innovar no requiere partir desde cero, sino mirar hacia el lado: observar lo que hacen otras empresas, incluso de otras industrias, y adaptar esas respuestas a nuestra realidad. Ese tipo de innovación, más efectiva y de menor riesgo, ocurre -y se potencia- en red.
En el mundo corporativo, innovar es colaborar. Las empresas que transforman procesos, productos o culturas no lo hacen aisladas, sino en diálogo constante con su entorno. Las redes -comités técnicos, gremios, alianzas sectoriales, encuentros interempresariales- son espacios donde se comparte conocimiento aplicado, se identifican oportunidades comunes y muchas veces se gestan soluciones que luego escalan.
Desde mi experiencia en innovación corporativa, he visto cuánto potencian las redes el desarrollo de soluciones. Pero también he visto que no todas estamos presentes en esos espacios. Muchas veces, nosotras -las mujeres- seguimos estando subrepresentadas en las redes donde se toman decisiones estratégicas, se intercambian aprendizajes clave y se construye la innovación colectiva.
Esta brecha no se explica por falta de capacidad ni de interés. Tiene raíces estructurales, culturales y, muchas veces, invisibles. Sus efectos son concretos: si no estamos en la sala, también quedamos fuera de las soluciones.
Cerrar esa brecha no es solo un acto de equidad, sino una necesidad empresarial. En entornos cada vez más complejos y cambiantes, necesitamos múltiples miradas para desarrollar soluciones sostenibles, que generen impactos positivos sobre nuestros stakeholders.
Un estudio de McKinsey (2023) muestra que las empresas con mayor diversidad de género en equipos ejecutivos tienen un 39% más de probabilidades de superar financieramente a sus pares, además de mayor capacidad de adaptación e innovación.
Hoy ya existen redes de mujeres en grandes empresas que están abriendo camino. Iniciativas como Proyecto Promociona, donde participo junto a líderes de múltiples industrias, demuestran que colaborar entre nosotras derriba barreras históricas. ¿Y si aplicáramos ese modelo también a la innovación corporativa? Las empresas ya saben que la diversidad genera valor. Y quien se quede fuera de esta nueva red, simplemente va a perder.