Macro

Política y economía más unidas que nunca

Por: | Publicado: Martes 6 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Desde que el Banco Central comenzó a entender que la economía requería más estímulo monetario a fines de 2016 la tasa se ha recortado en 100 puntos base, llevándola a niveles más compatibles con la posición cíclica y el necesario apoyo de las políticas macro a la reasignación de recursos. Se han acabado los comentarios que señalaban que la política monetaria de nada sirve en una crisis de confianza: las políticas macro están para ser usadas. Que no quede en la dejación de las herramientas macroeconómicas tradicionales contra-cíclicas dificultades adicionales para transitar hacia nuevos equilibrios.

Estamos enfrentando un mercado laboral deteriorado e insuficientemente dinámico en la creación de empleo asalariado, la inflación ha cedido rápido en todos sus indicadores analíticos, la inversión permanece opaca camino a una cuarta contracción anual consecutiva y el consumo se diagnostica feblemente resiliente. Por el lado positivo, el escenario externo luce políticamente desafiante, pero fundamentalmente mejor que hace algunos trimestres, lo que debería dar impulso adicional a las exportaciones.

Deberíamos sentir con alguna mayor fuerza la recuperación de la demanda externa en coincidencia con un escenario local más próspero para la inserción de políticas pro-crecimiento, dejando de lado reformas “capturadas” por la política revanchista. Este camino estrecho por el que pasaría esta singularidad no está asegurado y, en consecuencia, no estaría garantizada una recuperación vigorosa. Las bases de comparación harán la tarea fácil para ver registros de actividad peculiarmente positivos a inicios del 2018, pero sostenerlos será nada trivial. Más aun cuando el activista rol de la política fiscal está en razonable –y quizás tardía– retirada.

Se plantea que la economía crecerá “sólo” marginalmente menos que el 2016 este año; incluso aquello no será fácil si lo cotejamos con las cifras conocidas los primeros cuatro meses del año. El escenario que plantea este IPoM se abstrae de consideraciones políticas, pero no cabe duda de su relevancia en el devenir de la economía en lo próximo. Estas proyecciones no son inmunes a la decantación del escenario político doméstico. Probablemente nunca lo son, pero en esta coyuntura parece de determinante relevancia.

El Banco Central permanecerá un buen tiempo con la TPM en 2,5% como se asume en este IPoM, y su próximo paso será subir la tasa, o tendremos una nueva ronda de recortes que llevarán la TPM a niveles insospechados para las encuestas. Por algunos meses, parece juicioso mantener la tasa en los niveles actuales, pero el escenario puramente político será crucial en la decantación de confianzas, inversión y empleo hacia la segunda parte de este año. ¿Qué pedirle al Banco Central en lo que viene? Flexibilidad y aceptación de los errores si se comenten, pues aquello engrandece a las instituciones. Defender escenarios simplemente por egos mal entendidos solo daría cuenta (nuevamente) que las personas serían más importantes que las instituciones.

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