Empresas y Startups

Ministro Céspedes: “Hay que usar nuestros recursos naturales como plataformas para la innovación”

Es un convencido que Chile debe priorizar los sectores donde tiene ventajas comparativas, como minería, energía solar o acuicultura, para impulsar la innovación y alcanzar mayor competitividad.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Lunes 24 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Hace dos semanas el Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, viajó a Madrid para sellar oficialmente el ingresó del país a Eureka, la red europea de fomento a la innovación empresarial, que permitirá que compañías nacionales formen consorcios con firmas e institutos tecnológicos de otros países de la red, -Europa, Canadá y Corea del Sur- para apalancar recursos y resolver desafíos comunes.

Una iniciativa, explica la autoridad, que busca amplificar los esfuerzos realizados para apoyar a empresas en proyectos de Innovación y Desarrollo (I+D), -como el incremento de los recursos- lo que ha redundado en un mayor número de postulaciones, las que casi se han triplicado en tres años.

No obstante, reconoce que las empresas deben aumentar los montos que invierten en I+D, pues representan un tercio del total del país -0,39% del PIB en 2015-, en circunstancias que en Europa el sector privado aporta dos tercios. “Creemos que de alguna forma la red Eureka nos sirve para potenciar este ecosistema de innovación”, proyecta el ministro.

-¿Cómo ha evolucionado el uso de la Ley de Incentivo Tributario a la I+D?

-En términos de montos certificados por la ley hemos tenido un aumento continuo, en 2016 alcanzó $76.585 millones, se duplicó respecto de 2014 y casi cuatro veces de lo que teníamos en 2013. El uso ha sido auspicioso, pero hay que reconocer que los montos son bajos, y por eso hemos dicho que es fundamental que comencemos a colocar la innovación en el centro de la estrategia de las empresas. Ha crecido, pero partimos de una base baja, por lo mismo, tenemos que gatillar un mayor interés de las empresas por innovar.

-¿Cómo están impulsando desde el gobierno la innovación empresarial?

- No existe una fórmula mágica, necesitamos distintos instrumentos, como los Programas Estratégicos de Especialización Inteligente, los Transforma, que buscan reconocer que nuestros recursos naturales pueden transformarse en una plataforma para la innovación. Soy un convencido de que en estos sectores tenemos un potencial y se requiere de una mayor labor del Estado en generar condiciones básicas de infraestructura de bienes públicos que permita a los privados maximizar sus inversiones. Esto no implica seleccionar ganadores, sino reconocer que hay rubros como la minería, la energía solar, los alimentos saludables, la acuicultura, donde Chile tiene claras ventajas comparativas y donde no hay nada que impida el poder utilizarlos como plataformas para diversificar y sofisticar nuestra matriz productiva.

-La administración anterior no estaba de acuerdo con la política de clúster ¿Espera que estas definiciones perduren?

-Hemos llamado a actores del mundo académico, privado y de lo público para definir una visión conjunta de esos desafíos y construir lo que hemos llamado hojas de ruta de los programas de especialización inteligente, donde hemos determinado acciones específicas para aprovechar el potencial. Y una de las cosas que nos tomó tiempo en la primera etapa del gobierno, fue definir esas hojas de ruta de forma colaborativa, porque es la única forma de darle permanencia en el tiempo, no corresponden a la voluntad de un gobierno de turno, sino a la visión compartida de los distintos actores.

-¿Basta con priorizar sectores para que las empresas aumenten la inversión en I+D?

- En la medida que asumamos que en estos sectores la innovación juega un rol importante en su crecimiento, vamos a tener cifras más altas y donde el mayor componente de crecimiento de esa cifra va a venir dado por la inversión de las empresas privadas. Pero eso ocurre en ambientes competitivos, cuando el mercado es poco competitivo el incentivo a innovar es menor, pues si mis ganancias dependen de mi poder de mercado y de la falta de competencia, probablemente voy a hacer poco por innovar, por ello la Ley de Libre Competencia que se aprobó en el Congreso y que castiga drásticamente a aquellas empresas que se alejan de reglas básicas de funcionamiento de mercado, es fundamental para la innovación. Si tenemos un mercado competitivo las empresas van a tener que innovar y generar nuevos productos para ganar mayor participación y la evidencia internacional en esta materia es incontrarrestable.

-¿Y cómo se fomenta la competencia en un país como Chile?

-Con nuevos modelos de negocio innovadores. Democratizar el emprendimiento y la innovación no sólo pasa por darle apoyo a una buena idea de negocio para que crezca, sino también que esos emprendimientos puedan desafiar a los actuales actores de mercado y transformarse en actores relevantes. Permitir a las pequeñas y medianas empresas crecer es precisamente generar mayor productividad, mayor competencia y más crecimiento.

-¿Y hay un volumen de emprendedores que apunte a resolver problemas en las áreas definidas como prioritarias?

-Hay de todo, pero si miramos el vaso medio lleno, encontramos que esa mitad es bastante auspiciosa, entre 2001 y 2016, los programas de emprendimiento dinámico -innovadores- apoyados son 4.700, y gran parte postula a fondos de capital semilla, lo que significa que estamos generando una masa crítica de emprendedores que nunca antes habíamos tenido en nuestra historia. Esto nos adelanta que vamos a construir una base que va a permitir construir portafolios balanceados, lo que es un cambio radical producto de distintas administraciones desde el 2000.

-Ya resolvieron el financiamiento para etapas tempranas, pero ¿qué pasa con la fase de capital de riesgo?

-Partimos aumentando la masa crítica de emprendedores, -ya vamos en 1.000 emprendedores al año- lo que es clave para generar fondos que financien el sector y para asegurarnos que el venture capital llegue a financiar estos proyectos, generamos una línea de apoyo a fondos de etapas tempranas, que también era una necesidad importante en nuestro ecosistema, para contar con esos dos, tres o cuatro millones de dólares que permitieran escalar un emprendimiento para poder llegar a la etapa de capital de riesgo. Hoy tenemos fondos que están básicamente llenando ese espacio en la cadena.

Pero también tenemos que cambiar la mentalidad y el horizonte de muchos inversionistas, ellos tienen que comprender que varios de estos negocios no se transforman de la noche a la mañana en un unicornio, toman tiempo en poder hacerlos crecer y requieren cierto grado de perseverancia, esto no es un la construcción de un nuevo mall, en su gran mayoría son modelos de negocios nuevos y por lo tanto, tienen un nivel de riesgo significativo. Lo que corresponde, para que el portafolio tenga menor riesgo, es que sea amplio.

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