Martes negro en Francia: trenes y aeropuertos inician paros contra reformas de Emmanuel Macron

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, enfrenta su mayor prueba política a partir de hoy, cuando comience una serie de paros en las estaciones de trenes y aeropuertos del país en rechazo a su agenda de reformas.

Cuatro sindicatos de trabajadores ferroviarios tienen planificado frenar sus operaciones durante dos de cada cinco días durante los próximos tres meses, un total de 36 días de paralización con que buscan presionar al gobierno para que frene una reforma de la operadora estatal de trenes SNCF.

Con el paro, según informó la propia empresa, apenas 15% de los trenes de alta velocidad y 25% de los regionales funcionará hoy y mañana. Asimismo, un tercio de los trenes que conectan al país con Alemania operarán, al igual que tres cuartos de los que unen París con la capital británica, Londres. Se espera que el paro afecte a 4,5 millones de personas.

"Este paro va a golpear a los usuarios con fuerza. Está diseñado para tener un impacto máximo en el tráfico", dijo el jefe de SNCF, Gullaume Pepy, al periódico francés Le Journal du Dimanche. La entidad calcula que 77% de los conductores y casi la mitad de los funcionarios totales participará de la medida de presión.

Trasfondo de la disputa

Los sindicatos rechazan la propuesta de Macron de reducir los beneficios laborales del sector, que actualmente disfruta de retiro anticipado y protección contra el despido, entre otros. El gobierno defiende que el cambio es esencial para frenar la creciente deuda, calculada en más de US$ 57 mil millones, y prepararse para la mayor competencia ante la llegada de empresas europeas a partir del próximo año.

Las dificultades del sector ferroviario se suman al paro de trabajadores de Air France, que ya llevan cuatro días de movilización. La aerolínea, que prevé lograr operar 75% de sus vuelos, enfrenta la demanda de un alza de sueldos de 6%. El domingo, los sindicatos llamaron a nuevas paralizaciones para la próxima semana.

Macron, quien asumió el gobierno de Francia en mayo, enfrenta la creciente presión en momentos en que incrementa el ritmo de sus reformas, con las que, asegura, busca estabilizar las finanzas del país. Hace dos semanas, una manifestación de los trabajadores ferroviarios logró convocar a miles de personas de otras áreas, como profesores y enfermeros, por lo que identifican como un espíritu antisindical en el Ejecutivo.