Trump promete dejar sus negocios y equipo delinea recortes de impuestos

En exactamente dos semanas, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pondrá fin al misterio en torno al futuro de su relación con el imperio de US$ 3.000 millones que lleva su nombre. El magnate anunció ayer que el 15 de diciembre ofrecerá una conferencia de prensa acompañado de sus hijos, a quienes ha apuntado como probables herederos del negocio. “Dejaré mi gran empresa para enfocarme completamente en la administración del país”, señaló en una serie de tuits.

El futuro jefe de Estado, quien asumirá el poder el próximo 20 de enero, hizo hincapié en que la legislación estadounidense no le exige romper sus vínculos empresariales y no aclaró si seguirá la línea de otros mandatarios de poner sus activos en un fideicomiso ciego.

“No estoy obligado a hacer esto, pero creo que es visualmente importante, como presidente, no tener un conflicto de interés con mis variados negocios”, sostuvo y agregó que “por ello, documentos legales se están elaborando para sacarme completamente de las operaciones empresariales. La presidencia es una tarea mucho más importante”.

El futuro de la Organización Trump –que agrupa a los negocios hoteleros, inmobiliarios y de casinos, entre otros, relacionados con el magnate– ha sido una preocupación desde que el empresario inició su carrera hacia la Casa Blanca. Antes de convertirse en el nominado del Partido Republicano dijo que evaluaba poner los negocios en manos de sus hijos, quienes son parte de la plana ejecutiva de la entidad.

Entre los negocios en cuestión hay varios que podrían comprometer el futuro de la política exterior estadounidense. En Filipinas, el nombre de Trump figura en una torre en Manila, donde uno de los ejecutivos de la empresa responsable acaba de ser nombrado enviado especial para EEUU del gobierno de Rodrigo Duterte. Asimismo, el principal usuario de las oficinas en la Torre Trump en Manhattan es el Banco Industrial y Comercial de China, una entidad estatal. La empresa también tiene negocios en India, Turquía, Brasil y Uruguay, entre otros.

El ex asesor de ética de George W. Bush, Richard Painter, dijo a Bloomberg que “si simplemente la deja la administración a sus hijos, los conflictos persisten. Si no los vende, necesita asegurarse que no haya dinero de gobiernos extranjeros entrando por ninguna vía”.

Nuevos nombramientos

En una entrevista con CNBC, el ex jefe financiero de la campaña de Trump, Steven Mnuchin, confirmó ayer que asumirá el cargo de secretario del Tesoro. Junto a él, el inversionista y ex banquero Wilbur Ross dijo que aceptó el cargo de secretario de Comercio.

Las futuras autoridades aseguraron que las prioridades económicas del nuevo gobierno estarán puestas en simplificar el sistema tributario, rebajar impuestos corporativos y revisar los acuerdos comerciales, todo con el objetivo de que la economía estadounidense crezca a un ritmo de entre 3% y 4% del PIB.

“Creemos que con una rebaja de los impuestos corporativos crearemos un crecimiento económico gigantesco y grandes ingresos personales”, dijo Mnuchin, quien agregó que “los impuestos son demasiado complicados y las personas pasan demasiado tiempo buscando formas de rebajarlos”.

Por su parte, Ross señaló que “existe el comercio, el comercio inteligente y el comercio idiota. Nosotros hemos estado haciendo mucho comercio idiota”.

Ambos concordaron en que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, ha hecho un buen trabajo, distanciándose de las críticas que el propio Trump esgrimió durante la campaña.

El factor Romney

El magnate cenó el lunes con el ex candidato a la presidencia Mitt Romney, quien este año fue uno de los más críticos de su campaña y hoy es uno de los contendores para el cargo de secretario de Estado.

Tras la reunión, Romney cambió drásticamente el tono. “Tuve una velada maravillosa con el presidente electo. Tuvimos una nueva conversación sobre los temas en todo el mundo y estas discusiones han sido reveladoras e interesantes”.

Otra de las cartas para el puesto es el senador Bob Corker, quien preside la Comisión de Relaciones Exteriores en el senado y el martes se reunió con Trump en Nueva York.