Turquía enfrenta inciertas elecciones el domingo y Erdogan busca consolidar su poder

Cuando el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció elecciones adelantadas hace dos meses, parecía que nada podría detenerlo, luego de quince años en el poder de una de las naciones más ricas del planeta.

Pero ahora no es seguro. El domingo, cuando el país de cerca de 80 millones de habitantes vaya a las urnas, podría pasar cualquier cosa, dicen las encuestas.

En juego está el control de un país que sirve como puente entre Europa y Asia, con una economía que enfrenta desafíos: su moneda, la lira, estuvo entre las más golpeadas por la reciente fuga de capitales de los mercados emergentes, que también remeció a Argentina.

La oposición liderada por el profesor Muharrem Ince busca poner fin a la consolidación del poder de Erdogan, quien el año pasado dio pie a una purga política que incluyó al Ejército, tras un fallido golpe de Estado.

Pero el mandatario también ha llevado al país desde un sistema parlamentario a uno crecientemente presidencial, concentrando el poder en sí mismo con la idea de traer estabilidad y prosperidad al país. Su discurso, además, se ha tornado crecientemente nacionalista.

Las encuestas están divididas: mientras algunas apuntan a que Erdogan y su partido AKP se impondrán con comodidad, otras estiman que el mandatario podría tener que gobernar con minoría o, incluso, llegaría a una inédita segunda vuelta en dos semanas.

Erdogan ha asegurado que tomará control completo de la política económica si es electo, amenazando incluso la independencia del banco central. Ince asegura que, si eso ocurre, la debilitada democracia del país llegará a su fin.