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¿Por qué no más clipping?

Marily Lüders, directora Diario Financiero y DFMAS

Por: Marily Lüders, directora Diario Financiero y DFMAS | Publicado: Viernes 3 de septiembre de 2021 a las 11:13 hrs.
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Marily Lüders, directora Diario Financiero y DFMAS

El miércoles un ejecutivo me llamó para hacerme comentarios de una nota aparecida en DF. Le pedí que me mandara el pantallazo porque no recordaba cuál era. Me la mandó y era de otro medio. Le había llegado dentro de un clipping y en el apuro se le confundió con otra que sí había aparecido en nuestro diario. Nada grave. A todos nos pasa, pero aproveché de conversar con él sobre por qué prefería informarse así en vez de leer los medios directamente.

Partí, obvio, por decirle que las empresas que lo hacen -perdonen lo dura-, roban información que ellas no han generado, pero además me quedé pensando que hay una batería de argumentos también desde cómo el clipping lesiona a los lectores, a los ciudadanos. Aquí les comparto algunos y les pido se sumen a nuestros intentos por mitigar estos impactos.

Primero, los diarios, además de entregar información a los usuarios, cumplen el rol de priorizar en un ambiente de exceso de información. En ese sentido, el ver la portada de un diario o de un sitio web complementa de manera clara la información entregada. Al ver la información en su contexto, el lector puede poner a la nota otros elementos clave. Por ejemplo, ¿qué tan relevante es lo que estoy leyendo en comparación a otros temas que están preocupando a la sociedad? Un lector que recibe las noticias "clipeadas" no podrá incorporar estos contextos que son clave.

Segundo, los medios entregan además a los lectores la posibilidad de incorporar temas totalmente ajenos a sus vidas en el presente pero que serán sumamente relevantes en el futuro. Un lector que acota su clipping a una industria, se perderá las oportunidades de integrar otras ideas y miradas. Por ejemplo, un ejecutivo bancario podría llegar a no recibir información sobre las FinTechs de medios de pagos porque una startup no está en el listado de lo pedido.

Tercero, el clipping muchas veces se "vende" con la idea de ahorrar tiempo dedicado a la prensa. Ese es un punto válido, pero supone la falacia que el tiempo se "gasta" y no que se invierte en el contacto con los medios. La conexión con el entorno, la apertura a nuevos temas, la sensibilidad con temas internacionales, la información en el voto y por lo tanto, el ejercicio de la ciudadanía responsable, vienen de estar en contacto con medios en toda su experiencia.

Ahora, desde el punto de vista de la industria, hay otra batería de argumentos, más allá de la ilegalidad. Primero, el periodismo de calidad, el que entrega información para buenas decisiones en la vida, requiere de una metodología profesional y un equipo de personas. La inversión en un medio se paga por la vía de los suscriptores, la publicidad y otros laterales, como los eventos (el porcentaje de cada uno de estos depende del modelo de negocios). El clipping supone un ataque a estas tres fuentes de financiamiento que hacen cuesta arriba mantener un medio. En el caso de los suscriptores, el clipping se basa en la idea que una persona puede acceder gratis a medios que el resto de las personas pagan. A la publicidad y los eventos los lesiona porque los avisadores y organizadores de eventos se basan en las cifras de audiencia y suscriptores. En otras palabras, el clipping no es algo lateral que haga un pequeño daño, sino que lesiona en varias capas a los medios.

Segundo, el clipping daña la relación entre el lector y el medio de comunicación. Al no poder medir la lectoría digital, por ejemplo, no podemos perfeccionar nuestra oferta informativa de acuerdo a las necesidades del lector. El clipping disocia la audiencia del medio al dejarnos "ciegos" a la reacción del lector a nuestro contenido.

#nompasclipping

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