Tecnología y finanzas: esperando las reglas

n los últimos días ha sido noticia la polémica entre BancoEstado y diversas firmas del rubro FinTech que han visto bloqueado su acceso, debido a que utilizan una técnica para reunir datos (web scraping) que el banco estima incompatible con su nuevo estándar de seguridad digital. Al respecto, en carta a este diario, el timonel del gremio FinTech acusó ayer una “desconcertante incoherencia” de parte del banco, puesto que otras entidades -presumiblemente también preocupadas por su ciberseguridad- no han puesto objeciones a dicha técnica.

En la misma línea, recientemente la multinacional Walmart también se vio enfrentada a la industria FinTech local, que criticó como una “discriminación injustificada” y un retroceso en inclusión financiera la decisión de no aceptar tarjetas de prepago en los supermercados de la cadena.

Más allá de si efectivamente existe “incoherencia” o “discriminación” en las decisiones del banco o la gigante del retail, lo que ambos casos vuelven a poner en evidencia es la sentida falta de una regulación marco que sirva para delimitar una industria innovadora y rupturista, en donde el cambio tecnológico acelerado es la regla y no la excepción.

Esa legislación -de suyo muy compleja, precisamente porque debe conciliar el cambio permanente con reglas claras para un mercado que aún se está inventando- se ha pospuesto más de una vez, y el proyecto aún se encuentra en Hacienda a la espera de su envío al Congreso durante el segundo semestre, según el último compromiso del Gobierno. De hecho, puede decirse que existe un incentivo adicional para apurar su despacho: lo recaudado en inversiones por las FinTech latinoamericanas en el primer semestre del año fue más del doble que durante todo 2020 (US$ 7.598 millones), confirmando el dinamismo del rubro y la urgencia de darle un marco normativo.

Los ritmos y desafíos de la nueva economía no admiten dilaciones regulatorias, si es que realmente se quieren aprovechar sus oportunidades para el crecimiento económico y para la inclusión de más personas en las ventajas que ofrece un sistema financiero moderno.