Un apoyo a las empresas y los trabajadores

l panorama económico surgido a causa de la pandemia del Covid-19, tanto a nivel mundial como nacional, es sombrío. Si afuera ya es oficial que el mundo ha entrado en recesión y que enfrenta una crisis similar a la de la posguerra en 1945, en Chile el Banco Central advierte que se avecina la recesión más profunda en casi cuatro décadas.

En materia económica, en Chile se han promovido iniciativas y adoptado decisiones de diversa índole que parecen en consonancia con la urgencia y la gravedad de la situación. El Gobierno —que a nivel sanitario también se ha mostrado hasta el momento proactivo y consciente del riesgo— lanzó un plan de emergencia por casi 12 mil millones de dólares, que complementó con un proyecto de protección al empleo con especial foco en las PYME. Pese a innecesarios retrasos en su tramitación en el Congreso, fue aprobado esta semana, con una abundante batería de medidas que buscan proteger los puestos de trabajo y los ingresos en anticipación de meses muy complejos para los trabajadores y sus familias.

En la misma línea apunta la decisión del Servicio de Impuestos Internos —incluida en el plan inicial del Gobierno pero conocida en sus detalles en una circular esta semana— de que las empresas que incurran gastos en razón del coronavirus podrán descontarlos de su base impositiva, incluyendo remuneraciones a quienes no hayan podido presentarse en sus trabajos por caso fortuito o de fuerza mayor. Esto va en ayuda directa de empresas y trabajadores en un trance excepcionalmente difícil.

Precisamente este trance está exigiendo a las arcas públicas al máximo y lo seguirá haciendo en lo previsible. Que el esfuerzo sea posible se debe únicamente a la gestión responsable de las finanzas públicas en el pasado y eso es algo que debe tenerse en consideración al momento de discutir nuevas medidas para aliviar los costos que impondrá el coronavirus a la producción y al empleo en el corto, y tal vez mediano, plazo.