A propósito de subir las gratificaciones
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Señora Directora:
Respecto a los comentarios de la Sofofa publicadas en su diario, en relación con la propuesta del precandidato Daniel Jadue de hacer obligatorio el pago de gratificaciones por el 30% de las utilidades de las empresas (para el 80% de ellas que opta por el pago sustitutivo de 4,5 sueldos mínimos anuales), hago los siguientes cálculos.
Asumiendo un sueldo mínimo de $ 400.000 el año en 2023, esto arroja una gratificación de $ 1.800.000 año por trabajador. Una empresa intensiva en mano de obra como Falabella, que cuenta con aproximadamente 48.000 empleados en el país, pagará $ 86.400 millones en gratificaciones, que equivale a cerca de 15% de utilidad de Chile. Además, los bonos de desempeño que otorga se pueden imputar a gratificaciones, en forma proporcional al sueldo de cada empleado, con lo cual el valor de lo que se puede imputar a gratificaciones seguro se acerca al 30% de la utilidad.
Otro ejemplo es AMSA, que emplea a 19.400 personas y tiene utilidades de US$ 1.000 millones. Es decir, paga gratificaciones por aproximadamente US$ 49 millones y debería pagar US$ 300 millones. Sin embargo, entrega bonos cercanos a $ 7 millones anuales promedio a sus trabajadores y ejecutivos. De ser así, paga US$ 226 millones, o 22,6%, que se puede imputar al 30% de gratificaciones. No sería tan seriamente afectada. Además, si el cobre baja o sube el royalty, bajan automáticamente las gratificaciones. Es decir, se alinean los objetivos de empleados y dueños para maximizar utilidad.
Estos dos casos grafican que en empresas intensivas en mano de obra el “problema” de eliminar el tope de gratificaciones es abordable. Los casos de la gran mayoría de las empresas que transan en bolsa son similares a estos; salvo las sociedades de inversión como Quiñenco, Antarchile, IAM y las llamadas cascadas que tienen muy pocos empleados; las cuales no deberían existir, ya que destruyen valor (descuento holding).
En cambio, en empresas intensivas en capital y con poca mano de obra el problema se vuelve complejo, ya que el 30% de participación de utilidades puede llevar a sueldos muy fuera de mercado, y/o a sueldos fijos bajos con componente variable muy alto atribuible a las gratificaciones.
Paul Fontaine B.
Economista