Cartas

Araucanía: dialogar, sí, pero no con todos

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Señora Directora:

Se ha levantado la posibilidad del diálogo entre el Estado y el pueblo mapuche, a través del Centro Nansen de Noruega.

Cabe recordar que el fin al terrorismo en el país vasco hace ya varios años se logró a través de la mediación de la Fundación suiza Henri Dunant. Fundamental para el diálogo es delimitar tanto los sujetos que participan de esa negociación como su ámbito. ETA quería participar y discutir el tema político. Pero el gobierno español fue claro; con ETA sólo negociaría sobre el fin de la violencia; los temas políticos se verían, como corresponde, en el Parlamento y con Batasuna, el partido político aliado a ETA.

Incluso, durante las negociaciones, la policía continuó con arrestos de gente de ETA. Y no podía ser de otra manera; eran buscados por crímenes contra ciudadanos inocentes. Al final, ETA, al verse aislada de las fuerzas democráticas y al percibir que ni siquiera los vascos nacionalistas justificaban ya sus crímenes, depuso las armas.

Esto es exactamente lo que, de haber diálogo a través del Centro Nansen, debería pasar aquí. Sobre la violencia en La Araucanía y su fin se puede discutir con organizaciones como la coordinadora Arauco-Malleco y hay múltiples formas y aproximaciones de acuerdo, pero de política (el carácter plurinacional de Chile, los estímulos de la cultura mapuche en la Araucanía, etc.) se discute con los electos por el pueblo. Lo contrario es negociar con un tigre cuando se tiene la cabeza dentro de sus fauces.

Marcelo Muñoz Perdiguero

Abogado

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