Desconocimiento constitucional
Señor Director:
Es de discurso público que el gobierno y la Nueva Mayoría pretenden "constitucionalizar" a la población antes de entrar de lleno en la reforma de la misma. Quieren darles una pequeña pincelada antes de preguntarles qué piensan, ya que se dieron cuenta que casi nadie la conoce. Quizás tengamos –incluso- una asamblea constituyente a la cual podrían postular.
Como modesto conocedor y chapucero del tema, me permito sugerirles que un par de semestres intensivos de Derecho Constitucional no vendrían mal, junto con al menos uno de Derecho e Instituciones Políticas. También propongo un par de Historia Contemporánea, tres de Filosofía Griega y Occidental Contemporánea Introductoria, y al menos uno intensísimo de Introducción a las Ciencias Económicas, todo lo cual podría preparar a un chileno con una muy buena base educacional, para recién empezar a entender el fenómeno constitucional, sus aristas y alcances.
No propongo estudios de cultura indígena ya que según entiendo no eran versados en este tipo de materias.
Lo siento, pero el resto es populismo puro.
Cristián Gabler, Abogado
TPP
Señor Director:
Con la suscripción del Trans-Pacific Partnership (TPP) Chile logra dar un paso más en la integración económica internacional. El primer gran paso fue tomado en 1947 cuando se firmó junto a otros 23 países la suscripción del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, más conocido por sus siglas en inglés como GATT. Este acuerdo que tenía como principal objetivo reducir los aranceles según el principio de reciprocidad dio luego origen a la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cual rige hasta hoy en día las normativas comerciales entre los países. No obstante los tiempos han cambiado y la economía internacional ha tendido a fragmentarse en "fábricas regionales", tales como la "Fábrica de América del Norte", "Fábrica Europea" o "Fábrica Asiática", la pregunta es ¿dónde queda América Latina en esto? Tan solo México ha podido integrarse con éxito a estas cadenas de producción donde la combinación de recursos de diferentes países hace rentable la producción de un bien. En este contexto el TPP a pesar de lo extenso del acuerdo termina siendo insuficiente para las necesidades reales del país, las cuales son desarrollar y potenciar una industria que le permita ser parte o de una de estas fábricas o de una ¿fábrica Latinoamericana?
Ricardo Santana Friedli
Gratuidad educacional
Señor Director:
En mi opinión, la promesa de gratuidad se está transformando en mito.
Tal como define el concepto la RAE, mito es un relato maravilloso que logra situarse fuera del tiempo histórico. Creo que en este caso no cabe una mejor correspondencia con lo que está pasando.
A propósito de esta definición, conviene tener presente que los mitos se asientan como una narración fantástica, sorprendente, funesta o sublime, a la que sólo se puede referir como un eslabón perdido en una larga tradición. Pero además, respecto de lo que acontece en la realidad, los mitos en muchas ocasiones se posicionan como una leyenda engañosa, ilusoria o definitivamente irreal.
Ahora bien, en lo que atañe a la gratuidad para cursar estudios terciarios, sean técnicos, profesionales o universitarios, no se pueden construir mitos porque lo que está en juego es demasiado importante para la vida de las personas, de las instituciones y para el progreso del país. Lo correcto es que las familias obtengan certezas en lo concerniente a que sus hijos puedan formarse en instituciones sin incurrir en el gigantesco endeudamiento actual.
Lo mismo debe ocurrir con las instituciones proveedoras de los servicios educativos: estas requieren certidumbres respecto a que no se verán afectadas en su plataforma de gestión, ni mucho menos en su autonomía curricular o en sus misiones corporativas.
Germán Gómez Veas