Señora Directora:
Es conocido que el índice GINI que Chile tiene antes de impuestos, no es muy distinto al de Alemania. La gran diferencia en las mediciones de desigualdad de ingreso se produce en la eficiencia con que ambos países redistribuyen sus recursos.
Probablemente, buena parte de este "ineficiencia redistributiva" chilena viene dada porque muchas transferencias se realizan a través de programas sociales como Sence, Fosis o Sercotec. Todos tienen altos costos de transferencia y, por lo tanto, una parte significativa de los recursos queda atrapada en la burocracia estatal.
Por otra parte, los países europeos que muestran un buen desempeño en términos de reducir desigualdad redistribuyen los recursos, fundamentalmente, en base a transferencias monetarias directas, apoyando a quienes lo necesitan y con bajos costos de transferencia.
Por eso es que el Subsidio de Ingreso Mínimo Garantizado es un aporte no sólo muy importante para los trabajadores que califican para obtenerlo (desde $59.200 para rentas líquidas de $245.000 aprox. en una tabla decreciente hasta las rentas de $384 mil aprox.), sino que marca un viraje positivo en la forma de hacer transferencias a la población vulnerable del país.
En la práctica, quienes ganan el sueldo mínimo y hasta cerca de $380 mil mensuales brutos, recibirán de vuelta, por parte del Estado, más de lo que ellos pagado por IVA. Esto es una gran noticia para los trabajadores y las políticas sociales del país.
Rodrigo Galilea Vial
Senador RN