Las stablecoins, aquellas criptomonedas respaldadas por monedas fiduciarias como el dólar, están dejando de ser un fenómeno marginal para convertirse en protagonistas del nuevo orden financiero.
Según publicó esta semana Financial Times, el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, advirtió que las stablecoins respaldadas por activos de alta calidad —como las letras del Tesoro— están destinadas a convertirse en un motor clave de demanda para la deuda pública estadounidense.
La advertencia no llega en el vacío. En julio, el Congreso de EEUU aprobó la Ley Genius, una legislación pionera que establece un marco regulatorio riguroso para las stablecoins. La nueva ley exige que estas monedas digitales estén respaldadas en una proporción 1:1 por activos considerados ultraseguros y ultralíquidos, entre ellos los bonos del Tesoro.
Hoy, el mercado de stablecoins ronda los US$ 250 mil millones, según el Banco de la Reserva Federal de Kansas City. Una cifra que parece modesta frente a los US$ 29 billones del mercado de bonos del Tesoro. Sin embargo, Bessent ya ha declarado ante el Congreso que espera que el mercado de stablecoins se multiplique por ocho en los próximos años, alcanzando los US$ 2 billones.
La fiebre de Goldman Sachs
En línea con estas proyecciones, esta semana Goldman Sachs encendió las alertas (y expectativas) con un informe que anticipa una explosión inminente del sector. Firmado por el analista Will Nance, el documento señala que las stablecoins están a punto de entrar en una nueva era de crecimiento exponencial, impulsadas por el marco regulatorio estadounidense y la creciente adopción global.
Desde el lanzamiento de USDC por parte de Circle en 2018, el mercado ha experimentado un crecimiento meteórico, alcanzando hoy una capitalización de alrededor de US$ 271 mil millones. Han ganado terreno como alternativa eficiente para transferencias internacionales y como medio de acceso al dólar en regiones con sistemas bancarios inestables.
Pero la pregunta persiste: ¿hasta dónde puede crecer este mercado?
Para el excontralor interino de la moneda, Brian Brooks, la respuesta es clara. Tras la aprobación de la Ley Genius, se viene una auténtica fiebre del oro. Según Brooks, el nuevo marco regulatorio ofrece certeza y confianza, al exigir respaldo con activos como bonos del Tesoro y depósitos bancarios, lo que podría atraer tanto a usuarios como a grandes corporaciones.
De hecho, el vínculo entre las stablecoins y la deuda pública estadounidense ya es significativo: Tether, que no existía antes de 2014, hoy figura entre los 20 principales tenedores de bonos del Tesoro a nivel mundial.
El informe también revela que gigantes como Amazon y Walmart, así como importantes instituciones financieras, estarían explorando el lanzamiento de sus propias stablecoins, lo que podría transformar aún más el ecosistema financiero global.