Chen Weiliang, de 49 años, no es un nombre común en los mercados internacionales, pero en China su figura ha ganado relevancia rápidamente tras el debut bursátil de MetaX Integrated Circuits. La compañía, que fundó en 2020, se especializa en el desarrollo de chips de inteligencia artificial (IA) y unidades de procesamiento gráfico (GPU), y combina talento senior con un enfoque tecnológico agresivo.
Este miércoles, sus acciones cotizaron por primera vez en la Bolsa de Shanghái, disparándose 755% en su primer día, un récord que catapulta tanto la valoración de la empresa, así como la fortuna personal de Chen.
Antes de fundar MetaX, Chen acumuló más de una década de experiencia en Advanced Micro Devices (AMD), donde ocupó cargos ejecutivos en Shanghái y adquirió conocimiento profundo en diseño y comercialización de chips de alto desempeño. Tras esa etapa, reunió un equipo de ingenieros senior, muchos de ellos también exAMD, y creó MetaX que, hasta hace poco, operaba discretamente, centrada en investigación y desarrollo y en construir tecnología de vanguardia que compitiera con Nvidia y AMD.
MetaX refleja un modelo de crecimiento ambicioso y estratégico que se basa en atraer experiencia probada, desarrollar capacidades internas y capitalizar la narrativa de independencia tecnológica del país.
El debut bursátil y la escalada récord de las acciones muestran no solo el entusiasmo de los inversionistas por la propuesta de MetaX, sino también la importancia estratégica de la empresa en un contexto geopolítico que valora los activos tecnológicos locales.
Chen Weiliang, con su combinación de experiencia global, visión estratégica y capacidad de ejecución, se posiciona como un referente de cómo un ejecutivo puede transformar su conocimiento técnico en un emprendimiento capaz de sacudir los mercados financieros.
Más allá de la espectacular alza bursátil, la historia de Chen y MetaX ilustra un fenómeno más amplio: el ascenso de nuevos capitales chinos. Su historia se asemeja al estatus multimillonario que alcanzó el fundador de Moore Threads Technology Co., Zhang Jianzhong –un exejecutivo de Nvidia Corp.–, cuyo patrimonio neto ascendió a US$4.300 millones después de la salida a bolsa de su empresa a principios de diciembre.
Ambos fundadores reflejan el auge de una nueva clase multimillonaria en China, impulsada por el afán de Beijing por crear una cadena de suministro de chips autosuficiente.
Sin embargo, sus empresas siguen expuestas a presiones geopolíticas, un fuerte gasto de capital, una intensa competencia interna y una dependencia del hardware que podría poner a prueba esos logros